Mujeres mexicanas memorables (6)
Gabinete electoral para el DF
Hace años, ya no se sabe cuántos, acaso cuando los perros se amarraban con longaniza y no se la comían, había en el D.F. una avenida que se llamaba Niño Perdido, luego, hacia el norte, se convertía en San Juan de Letrán y luego en Juan Ruiz de Alarcón y luego en Santa María la Redonda hasta pasar por Garibaldi y llegar a lo que es la ampliación de Paseo de la Reforma. ¿Eran años felices?
… No se sabe, pero sí se sabe que eran tiempos en los que se caminaba sin miedos ni temores por las calles de éste México, asiento al que desde 1950 comenzaron a llegar en masa migrantes de diferentes estados de la República: de Michoacán, de Guerrero, de Oaxaca la tierra del sol, de Chiapas, de Yucatán y de más estados: así que el DF se convirtió en un distrito federal…
El campo se desahuciaba y el escenario de un campo bucólico, en el que los campesinos eran felices trabajando la tierra y mirando tranquilos los atardeceres, como se veía en las películas en las que se la pasaban muy a gusto, entre trabajo rudo y tardes de canciones rancheras: bueno, pues ese bucólico escenario no era así y, por lo mismo, la gente comenzó a huir de la pobreza, del desamparo, del abandono de gobierno y de la violencia… El DF era el lugar sin límites.
Se asentaron en la capital en donde se podía: unos con familiares que ya vivían en la capital: otros en vecindades milenarias y múltiples en el centro histórico de la capital; otros en zonas rurales para no perder el entorno vital; otros más hicieron asentamientos irregulares en la periferia…
La ciudad crecía sin control y su regencia que antes atendía a unos cuantos mexicanos entre ‘ricos fufurufos’ y ‘nosotros los pobres’ pues se la agenciaban para que esto fuera vivible, aunque de pronto esto se convirtió en ‘el infierno de todos tan temido’ con muchos pobres, una clase media temerosa y con ínfulas de gente “totalmente Palacio” y una clase opulenta que para abajo ‘no sabe mirar’.
La capital del país se fue convirtiendo de forma insospechada en capital político. Con una multitud de electores y con múltiples intereses y compromisos políticos. El PAN inexistente ahí; el PRI mientras gobernó al DF sacaba provecho. Sin embargo, los capitalinos, muy politizados, decidieron llevar a la regencia y luego a la jefatura de gobierno al Partido de la Revolución Democrática…
El mismo que ha gobernado por años y el mismo que terminó por saturar de no soluciones a los capitalinos. Las contradicciones internas del PRD, sus ambiciones de gobierno, económicas, de posición, de capital humano y político dieron al traste con la gallina de los huevos de oro.
Pero, pues, aquí “nos tocó” como dijera Ixca Cienfuegos en La región más transparente de Carlos Fuentes. Y sí: aquí nos tocó hacer la vida, aunque ésta se acaba entre gritos y sombrerazos, alegrías y tronidos de cohetes, entre subidas al metro en horas pico y metrobuses que estrujan, inseguridades, vendedores que pagan derecho de piso por todos lados, y sin trabajo de muchos que se ocupan de obtener dinero como pueden…
En la capital hay diez millones de habitantes, contantes y sonantes; más otros diez que se acumulan cada día y que provienen de la zona metropolitana para trabajar en el día y regresar exhaustos cada noche a su dormitorio…
Pues en esta ciudad de contrastes, hoy gobierna un señor que tiene ambiciones políticas mayores. Se llama Miguel Ángel Mancera y quiere ser candidato a la presidencia de la República. Fue un Procurador del D.F. carismático y eficiente, se dice; y por lo mismo ganó la confianza de su entonces jefe, Marcelo Ebrard, y recibió su apoyo personal y de partido para ser candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal: ganó en buena ley y con margen de votación nunca visto antes.
El señor Mancera, cuyos niveles de popularidad están en la lona, decide que su carrera política es primero y luego de la derrota electoral del domingo 7 de junio, pidió la renuncia a todo su gabinete el 2 de julio para “evaluarlos” y de pronto “los evalúa” y hace cambios insospechados:
Ejemplos: Regresa del más allá político a la señora Amalia García (diputada-PRD) para ocuparse de la cartera de Trabajo. Sí. Ella ex gobernadora de Zacatecas “tiene una amplísima experiencia y vocación en la materia.”
Y luego, por citar otro ejemplo de lo inverosímil que puede ser la política capitalina y el ideal del señor Mancera en materia de educación: la señora Alejandra Barrales como secretaria de Educación: ni más, ni menos: una señora que ha mantenido posiciones de mando partidario-PRD y en el legislativo, pero cuyas capacidades difícilmente tienen que ver con “la O por lo redondo”.
Acaso lo más aplaudido fue que quitara al señor Héctor Serrano de la secretaría de gobierno para pasarlo a su especialidad: “la movilidad” y aplaudido también por quitar al señor Joel Ortega de director general del Metro capitalino en donde hizo un verdadero desastre. Este fin de semana quitó a Inti Muñoz –el del Caballito– del Fideicomiso Centro Histórico de la ciudad de México… y sigue la mata dando.
El tono de los ajustes de gabinete “Tiene que ver con lo que quiere la gente”, dice el señor Mancera. Sí, seguro la gente pidió a la señora Amalia García en Trabajo y a la señora Barrales en Educación… Lo exigieron… lo pidieron a gritos…
Con este gabinete, el señor Mancera quiere ser presidente de la República: un gabinete electoral, pero no un gabinete de gobierno y mucho menos social… ¿Qué sigue en esta ciudad que es chinampa en un lago escondido? Vaya, como si los capitalinos fueran tontines ahí.