Cierra la chimenea a los ladrones
Cacería de “El Chapo”, contra información
Lo poco que se sabe de la persecución de Joaquín “EL Chapo” Guzmán en el Triángulo de Dorado, tierras donde desde hace décadas el narco es rey, hace pensar que por alguna razón las agencias estadounidenses que trabajan con autoridades mexicanas en la cacería de “El Señor de los Túneles” filtraron a un medio norteamericano la situación, con detalles como que se encuentra herido y que hubo al menos un choque armado entre hombres del capo y marinos que desde hace mucho dejaron anclados los barcos en los puertos y trabajan tierra adentro.
Los rumores comenzaron a correr por pueblos y rancherías del Triángulo Dorado, zona donde la gente ha tenido como vecinos o socios a los narcos desde hace mucho tiempo. Las versiones de abusos de efectivo de marinos contra rancheros terminaron en la prensa, sin que el gobierno se animara a dar detalles de qué pasaba, aunque ya era un secreto a voces que se trataba de un operativo contra el jefe del Cártel de Sinaloa. En medio de la oscuridad informativa oficial, NBC News dejó caer la noticia y aclaró que la cacería tenía como protagonistas a información e inteligencia de agentes antinarcóticos de Estados Unidos que interceptaron señales de “El Chapo”. Todo alrededor de una semana después del choque.
Las formas de relatar los hechos fueron diversas, incluso algunas corrieron el rumor de que el narco más buscado de México había sido abatido o que ya estaba en poder de las autoridades. El Diario La Jornada la publicó así: “La información de la empresa de noticias estadunidense refiere que inicialmente los marinos arribaron a una propiedad en helicópteros, pero se vieron obligados a retirarse debido a una ofensiva de quienes ocupaban la propiedad. Posteriormente regresaron por tierra y descubrieron teléfonos celulares y radios de dos vías, pero se cree que Guzmán Loera y sus cómplices habrían escapado en vehículos todo terreno…”.
Los intentos oficiales por desviar la atención de estos confusos hechos fueron inútiles, las denuncias contra acciones de los marinos y publicación de la versión de NBC News obligó al gobierno a hablar del tema. Pero curiosamente, muy a su estilo, no para dar información sino para desmentir unas cosas y confirmar algo que ocurrió en la cacería de “El Chapo”.
Las autoridades negaron que se hubiera dado un enfrentamiento armado y que el capo hubiera sido herido de bala, pero no pudo desmentir que le siguen los pasos de cerca, pero no dijo qué tanto. Se ha reservado la información de lo que ocurre en el Triángulo Dorado, pero una vez más quedó en evidencia que prefiere mantener en secreto casi todo lo que hace, en lo que no parecen estar de acuerdo los vecinos del norte que, igual que cuando el jefe del Cártel de Sinaloa fue capturado, dejaron que sus agencias dieran la noticia y que después el gobierno mexicano la confirmara.
Unos días antes de la filtración estadounidense, la Procuradora hizo una a la que se dio poca importancia en la prensa mexicana y menos seguimiento. Reveló que el piloto de Guzmán Loera estaba detenido, además que la PGR contaba con información del escape y sin revelar detalles dejó ver que la operación para cazarlo estaba en marcha. Pero por alguna razón ni la prensa preguntó nada más, ni las autoridades pusieron en las primeras planas datos sobre cómo siguen la pista del fugado.
Nadie duda que haya cosas que las autoridades no pueden revelar, pues se puede obstaculizar la operación de búsqueda y captura, mientras que en Estados Unidos la idea es ir dando a conocer la situación de la cacería de Guzmán Loera. Sus razones tendrán en uno y otro lado, pero casi siempre pierde, al menos en imagen y credibilidad, el gobierno de México que llega tarde y en ocasiones mal con sus revelaciones. En fin, lo importante es que las acciones lleven a la detención, una vez más de “El Chapo” y se de toda la información sobre cómo se llevó a cabo y, sobre todo, cómo logró el escape del siglo XXI.
Hojas Extraviadas
En las primeras páginas de diarios de hace semanas quedaron las palabras de funcionarios de varios niveles sobre que tras la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán no hubo tiempo de renunciar. Es cierto que con el paso del tiempo algunos responsables de mantener al narco en la cárcel fueron cayendo, algunos a la cárcel, bajo proceso por presunta complicidad u omisión o negligencia, en la fuga, mientras otros han pasado discretamente al retiro. Pero quedan varios que siguen firmes es sus puestos, ahora que todo parece indicar que el capo del Cártel de Sinaloa anda a salto de mata y su captura puede darse en cualquier momento deben pensar que es tiempo de renunciar…
Es deseable que no se cuelguen medallas por la recaptura de Guzmán Loera, si es que se da. Lo ideal es que se reconozca el trabajo de las fuerzas armadas y se pase la factura a los que tuvieron que ver, culpas o responsabilidades directa o indirectas, en su escape. En caso que se de la captura de “EL Chapo” habrá que celebrarla, reconocer el trabajo, pero no olvidar las responsabilidades en la fuga.