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#LeyMordaza, gimnasia y magnesia
MÉXICO,DF., 3 de noviembre de 2015.- El senador priista Omar Fayad desata una tempestad en redes sociales por su iniciativa –dizque personal– de una “Ley para Prevenir y Sancionar los Delitos Informáticos”.
El legislador hidalguense se echa encima a usuarios de Internet, activistas derecho-humanistas, expertos en libertad de expresión y medios de comunicación.
Si bien la #LeyFayad –como ha sido bautizada– propone atacar y perseguir delitos tan graves como el robo, fraude, extorsión, abusos sexuales, pornografía y terrorismo cibernético contra sistemas públicos o privados –por demás necesario– el problema de la iniciativa es la ambigüedad para definir las faltas que ameritarían cárcel y multas para quienes las cometan, lo cual da cabida a malévolas interpretaciones.
Por ejemplo, nos parece peligroso el impreciso espíritu del artículo 21 de la iniciativa, referente a la “intimidación”, para sancionar “a quien, a través de medios informáticos, acose, hostigue, intimide, agreda o profiera cualquier forma de maltrato físico, verbal o psicológico en contra de usuarios de internet, de forma reiterada y sistemática”.
Lo mismo ocurre con el artículo 22, sobre “Divulgación de Información de Carácter personal” que se presta a confusiones para el trabajo de servidores públicos y periodistas al pretender castigar a quien revele, “información sensible”.
¿Qué es información sensible?
La redacción ambigua de la iniciativa confunde libertades; implica disciplina al interior del gobierno, sí, pero también coartar el derecho humano a la crítica de funcionarios públicos confundiéndolo con ataques, acosos, hostigamiento e intimidación.
¿Denunciar abusos de gobernantes y funcionarios sería delito de agresión o maltrato?
De entrada, es fácil identificar la #LeyFayad como una #LeyMordaza, diseñada para censurar a particulares y medios de comunicación por cuestionar al poder.
La propuesta no toma en cuenta la libertad de expresión o el derecho a la información sino que pretende crear una ley punitiva para regular el uso de redes sociales mediante supuestos manipulables a conveniencia del poder, desde luego con tentaciones de censura. Difícilmente se puede decir que tantas vaguedades sean omisiones bienintencionadas.
El monje loco: Omar Fayad, vapuleado por los cuestionamientos a su ideota, trata de salir del hoyo; “Si lo que quieren es que la queme (la iniciativa), la quemamos, pero que no quede en la conciencia social y en las redes que quisimos hacer un intento de mordaza”.
@JoseCardenas1 | [email protected] | www.josecardenas.com