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MÉXICO, DF, 17 de noviembre de 2015.- El dinero que los políticos utilizan para corromper periodistas es el más mal gastado del mundo porque a nadie le interesa la información que se genera en ese ámbito, aseveró el escritor Julio Patán con motivo de su más reciente obra Negocio de Chacales.
El articulista de Milenio consideró que en México persiste un sector en la prensa “cínico, complaciente, de espíritu acomodaticio, improvisado y malhechote”, características que lo vuelven estéril ante la sociedad.
“A nadie le importa lo que dice ese mundo periodístico, esa idea de que nos controlan y manipulan es falsa, el periodista chayotero en realidad no tiene ninguna influencia sobre la opinión pública”, señaló el también autor de Conspiraciones, en entrevista con Quadratín México.
Negocio de Chacales es un thriller que tiene como personaje principal a Blasco, un periodista que aceptó cubrir el conflicto bélico en Afganistán, motivado en parte por los viáticos que una empresa periodística le ofrecía, al mismo tiempo que sortea un divorcio y la imposibilidad de encontrar un empleo sin la recomendación de un pariente político.
Un pariente por afinidad, quien ostenta un cargo en el gobierno federal, ordena al directivo de un medio de comunicación contratar a Blasco, quien deja las entrevistas a poetas –las cuales realiza para subsistir– para emprender una investigación sobre una empresa inmobiliaria que pretende adueñarse de unos predios que ocupan supuestos activistas pro indigenistas.
Autor de crónicas y ensayos, Patán ingresa al mundo de la narrativa para crear una comunidad inexistente, la cual ubica en el Estado de México y que promueve presuntas formas de organización colectiva como las que surgieron hace más de dos décadas en varios poblados zapatistas de Chiapas con la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Es un libro protagonizado por periodistas– refirió su autor– escrito en tono de sátira para exponer los comportamientos y hábitos de quienes se dedican a generar información motivados por el “el cochupo, la transa, la doble moral, el malinchismo y el compadreo”.
Patán abundó que “la imagen que se arroja de la prensa en Negocio de Chacales, es espantosa… es un texto escéptico, amargo, casi cínico”.
Julio Patán negó que sus personajes sean una copias fieles de periodistas mexicanos, aunque reconoció que hay aspectos que retoma de comunicadores con los que ha tenido algún tipo de contacto durante las más de dos décadas de trayectoria en el mundo de las letras.