La nueva naturaleza del episcopado mexicano
No le dan permiso
Desde que Andrés Manuel López Obrador dispone del tiempo oficial, ¡vaya!, gratuito en tv y radio para los partidos políticos, en su beneficio, los gritos de protesta de sus opositores se oyen hasta Siria.
Quieren silenciarlo, para que no lleve ventaja para el 2018. Pero se hacen de la vista gorda de la costosa campaña diaria del joven mandatario en todos los medios, como si también estuviera en campaña.
Esto nos permite sugerir a quienes quieren cambiar el sistema publicitario sin costo, llevar al cabo lo que pasó a la señora, grande de edad, que ya no soportaban en su casa:
Tras ver que su madre de avanzada edad y que daba muchas preocupaciones a sus hijos, y necesitaba atención médica de manera constante, la familia decidió llevarla a un prestigioso y oneroso centro de atención a personas mayores.
Ingresan al lujoso centro a la dama, a la que dos atentas enfermeras inmediatamente se dirigen hacia ella y la sientan en una silla transportadora.
Ella, luego de un trecho, detiene el vehículo y pretende bajar de él. Las cuidadoras lo impiden.
La anciana, poco después comienza a hacer lo mismo pero para el otro lado. De nuevo las enfermeras la atrapan y la colocan en la silla.
La situación se prolonga así durante todo el día.
Cada vez que la señora se movía, las enfermeras se aseguran de que no se levante.
Unas horas más tarde llegan sus parientes para conocer como ha pasado el primer día en el centro.
«Mamá, ¿Cómo te encuentras aquí? ¿Te están tratando bien?» le pregunta la familia.
«Si todo es muy bonito», responde ella.
«Sólo que no me dan permiso de tirarme pedos».
Así le pasaría al “Peje”.