También voy a enviar una carta al presidente Trudeau: Claudia Sheinbaum
MÉXICO, DF., 26 de noviembre de 2015.- La presidenta de la Comisión de Gobernación, la senadora Cristina Díaz, señaló que es urgente atender el grave riesgo en que están niñas y niños que nacen y viven con sus madres en reclusión porque están expuestos a condiciones de violencia, inseguridad e insalubridad.
Actualmente son 377 pequeños los que viven en las cárceles, expuestos a condiciones de violencia, inseguridad e insalubridad, y para enfrentar esta grave situación senadores del PRI, PRD y PVEM suscribieron una iniciativa de reforma de la Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes, la cual tiene el objetivo reconocer a esos niños como un grupo en situación de vulnerabilidad que requiere una especial vigilancia y protección por parte del Estado y sobre todo asegurar su correcto desarrollo, se informó en un comunicado.
A estos niños, conocidos como “invisibles”, no los podemos condenar desde su nacimiento a una grave desigualdad y a condiciones que no les van a permitir un desarrollo pleno como a otros niños mexicanos, destacó la legisladora.
Durante una conferencia de prensa en la que participaron los senadores Angélica de la Peña, Itzel Ríos, Anabel Acosta y Zoe Robledo, quienes junto con Lilia Merodio, Diva Gastélum, Hilda Flores y María Elena Barrera, se suscribió la iniciativa, donde la presidenta de la Comisión de Gobernación dijo “no queremos que haya más niñas y niños invisibles”.
Necesitamos garantizar –se dijo– el ejercicio, el respeto, la protección y promoción de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en todo el país; que tengan cubiertas sus necesidades básicas, y crezcan en un ambiente con estructura, predictibilidad, seguridad, cuidado, así como con experiencias emocionales, conductuales, cognitivas y sociales que puedan enriquecer su niñez, subrayó la senadora por Nuevo León.
Díaz destacó que en la iniciativa de Reforma a la Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes «los senadores que la suscribimos pretendemos generar acciones y mecanismos que les permitan un crecimiento y desarrollo pleno en concordancia con el principio de protección integral, el derecho de igualdad sustantiva y la tutela de los derechos que contiene la Constitución federal y los tratados internacionales».
Durante la conferencia de prensa, Saskia Niño de Rivera, de Reinserta, indicó que actualmente son 377 niños viven en prisión con sus madres y el 80 por ciento de los reclusorios no cuentan con centros recreativas para los pequeños.
Informó que el próximo 1 de diciembre presentarán en el Senado el “Anuario Niños Invisibles”, donde se relatan las historias de quienes han nacido y viven en la cárcel. «Queremos que la sociedad tenga mayor conciencia sobre la urgente necesidad de atender el problema que enfrenta la niñez que está recluida con sus madres», señaló.
En la iniciativa de reforma se fundamenta que “es considerado que un niño de cero a seis años aprende sus primeras formas de relacionarse y de actuar en el mundo que lo rodea, por lo que su desarrollo dentro de un ambiente carcelario puede generar que en un futuro repita el tipo de conductas y patrones observados y aprendidos en dicho ambiente” y subraya que para reducir y prevenir la violencia de nuestro país se tiene que incidir desde la niñez y sobre todo en quienes viven en los reclusorios pues son mucho más vulnerable por las limitaciones y carencias que permean, así como la poca información psicoeducativa que se proporciona a sus madres.
Estudios recientes observan que los cerebros de los niños que crecen en ambientes estresantes en donde la violencia es crónica, pueden presentar las mismas afectaciones que los cerebros de soldados en combate, pues están activados para siempre estar en modo de alerta y recurrir a las respuestas frente al estrés: “estar a la defensiva o atacar”,
Se resalta que la carencia de áreas, espacios y actividades lúdicas y recreativas en donde los niños se puedan mover, aprender y jugar es sumamente importante pues es una necesidad básica que impacta directamente su desarrollo integral, afectando sobre todo el ámbito emocional, psicomotriz, social y cognitivo.