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MÉXICO, DF., 23 de enero de 2016.- La ciudad de México está libre de riesgo de presentar casos de zika autóctonos, debido a su ubicación geográfica, la altura sobre el nivel del mar en que se encuentra la capital del país no permite la sobrevivencia del mosquito vector trasmisor del virus, mismo vector de dengue y chikungunya.
Aunque en la ciudad de México, se informó en un comunicado, no se han registrado casos de zika, se han identificado nueve casos importados de otras entidades.
Por ser la Capital un punto de entrada importante de viajeros y en apego a las acciones que lleva a cabo la Secretaría de Salud federal, el Gobierno del Distrito Federal (GDF), a través de la Dirección de Vigilancia e Inteligencia Epidemiológica de la Secretaría de Salud (Sedesa) del DF, ha fortalecido la vigilancia epidemiológica de la enfermedad, así como la detección de casos importados.
Entre las acciones destacan la detección, notificación y seguimiento de los casos importados, así como el monitoreo de especies de mosquitos en 234 sitios de riesgo y 98 panteones, con la instalación de dos mil 422 ovitrampas.
También se brinda capacitación a personal médico para la identificación y atención del padecimiento, así como acciones de difusión de avisos preventivos y epidemiológicos a las unidades de salud de la Secretaría de Salud, Sanidad Internacional, IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena, Semar, DIF, STC e instituciones privadas.
La infección por virus zika se caracteriza por comezón, conjuntivitis, dolor de cabeza, abdominal, de músculos y articulaciones, salpullidos, falta de apetito, vómito, diarrea, escalofríos y fiebre.
Al igual que el dengue y chikungunya, la evolución del virus del zika es por lo general leve y no requiere hospitalización, el tratamiento es sólo sintomático y consiste en aliviar el dolor y la fiebre.
La Sedesa recomendó principalmente a los viajeros avisar a las autoridades sanitarias del aeropuerto si padecen algún síntoma.
Y a la población en general a mantener los patios de las casas libres de depósitos de agua como charcos, llantas u otros recipientes donde pudiera almacenarse el agua; mantener tapados los depósitos permanentes de agua como tanques, tinacos y cisternas; y evitar el contacto con mosquitos a través del uso de repelentes, así como el uso de mosquiteros en ventanas y pabellones para dormir.