Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Lo que nos enseña The Revenant
Pues ahí vamos. No podemos sustraernos a una obre de arte como The Revenant o El Renacido, a poco de su estreno en México y poco de la entrega de los famosos Oscar en Hollywood.
Con premios o sin ellos cuatro cosas son ciertas; la película se realizó con un presupuesto enorme (169 mdd) y cada dólar está justificado por una excelente muestra del más crudo arte realista cinematográfico; la nominación del ‘Negro’ Iñárritu como mejor director desmiente que el Oscar sea haya blanqueado y estemos ante una discriminación racial de la famosa academia y finalmente; no encontraban nieve en Canadá -donde antes había a montones- y se tuvieron que ir a Argentina, lo que resucitó la vocación ecologista de DiCaprio, el protagonista.
Además de las emociones que nos despiertan los paisajes, los rostros, la venganza, la desesperada necesidad de sobrevivir, el manejo de la proximidad, la cámara, la luz y el ritmo, subyace como tonalidad de fondo que lo que teníamos en aquel entonces ya no está. No la nieve, no los pinos, no los abetos, no la cristalina agua. Que nuestro Edén está desapareciendo y quizá para siempre.
¿Qué está pasando con nuestro hogar? pues que el planeta consistentemente se calienta. Esto ya había pasado antes y lo contrario también, que se congelara. El tiempo que llevamos viviendo aquí, registrado estos cambios, conscientes de su trascendencia, no es el suficiente para saber por experiencia propia que ocurría antes de que fuésemos los principales agentes depredadores de nuestro planeta.
Pero la naturaleza es fantástica y en ella si se guardan de diversas maneras su historia, climatológica entre otras.
Pues no, no se tuvieron que ir a Groenlandia en búsqueda de hielo. Lo que si es cierto es que es ahí donde se encuentran varios experimentos gracias a los cuales, si podemos saber que ocurría en cuanto a la temperatura en esa región gracias al proyecto GISP2 (hay proyectos en otras partes del mundo).
Es aquí donde se han perforado tubos de hielos muy largos en los que se han medido las cantidades del isótopo 18 de Oxígeno y del catión Calcio como indicadores de la temperatura del planeta durante el Pleistoceno.
El Proyecto Inlandsis (conocido por las siglas GISP Greenland Ice Sheet Project) se realizó para extraer muestras de hielo del fondo de la capa ártica de Groenlandia, e involucró a científicos y agencias de financiación de Dinamarca, Suiza, y EE. UU.
El trabajo de campo preliminar del GISP inició en 1971 en Dye 3 (65°N 43°O), donde se hizo un pozo de 1372 m de profundidad y de 102 mm de diámetro, para recuperar muestras de hielo antes de tocar suelo firme. Actualmente hay 13 perforaciones en operación y se han producido muestras de hielo de 305 mil 344 metros en profundidad en otros pozos.
El problema inicial, claro después de estar seguros de la pertinencia de que los datos experimentales son correctos, es saber cuáles de todas las fluctuaciones de la temperatura en el tiempo son significativas. A simple vista serían las más dramáticas (cambios grandes hacia el calentamiento o enfriamiento global), lo importante del caso es saber qué pasa después de estos eventos dramáticos, lo que dará lugar a eras glaciales o de calentamiento prolongado afectando a toda la vida en el planeta, inclusive provocando extinciones masivas.
Por supuesto hay que hacer modelos para entender si son los cambios de las principales corrientes oceánicas los causantes de eras glaciares o periodos de altas temperaturas las que han alterado significativamente la vida del planeta.
Necesitamos entender lo que ha pasado para cuidar mejor la única casa que tenemos.
Los experimentos que describo aquí son caros y necesitan muchos colaboradores. En el caso de Groenlandia, los Estados Unidos y países europeos. Los datos están abiertos al uso público, porque por mucha inversión que se haya hecho por unos cuantos, sería grave que la mezquindad no permitiese que todos contribuyéramos a entender cómo funciona nuestro hábitat.