Denuncia oposición que Morena legisla por medio de fe de erratas
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de marzo de 2016.- Durante la comparecencia de José Antonio González Anaya, director general de Petróleos Mexicanos (Pemex) ante la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, Julio Saldaña Morán le exigió al funcionario defender a la empresa y sumarse a la propuesta de cambiar su régimen fiscal a fin de permitirle invertir en su mantenimiento, modernización y capitalización, informó el Grupo Parlamentario del PRD a través de un comunicado.
El legislador perredista argumentó que sólo así la petrolera de los mexicanos podrá salir de la crítica situación en que se encuentra, ser una empresa más rentable de lo que ya es y serle útil a los mexicanos en el futuro.
Advirtió que, si por el contrario, los directivos de Pemex sólo van a defender la política de gasto de la Secretaría de Hacienda, seguirá la excesiva extracción de recursos que la empresa obtiene, al punto de no dejarle para su mantenimiento.
Recordó que Pemex ha sido la segunda petrolera más rentable del mundo antes del pago de impuestos, pero el régimen fiscal que se le impone representa un saqueo, tanto por los gravámenes que debe pagar como por lo que puede deducir.
Apuntó que la reforma energética impuesta desde el gobierno por medio de sus partidos aliados en el Congreso agravó la situación de la empresa.
“El régimen fiscal anterior a la reforma era, por decirlo coloquialmente, menos peor que el actual”, puntualizó.
Por ejemplo, antes de la reforma podía deducir de sus costos 6.5 dólares por barril de petróleo producido. Ya con la reforma, en 2015 la deducción bajó a 4.3 dólares y en lo que va de 2016 ya sólo es de 2.75 dólares.
Por todas estas razones –dijo Saldaña Morán– Pemex se encamina a la quiebra, pero el gobierno, lejos de ayudarle a salir de su difícil situación, la acorrala para dejarle sólo un camino: la privatización de sus activos.
Así, se le sustraen recursos por la vía fiscal, se le impide obtener otros achicando su mercado con la entrega de sus gasoductos a la Cenegas, adelantando la importación de gasolinas y obligándola a renunciar a campos de exploración y extracción en la Ronda Cero.
Por si fuera poco, se le truncan posibilidades de innovación con la eliminación de su Dirección de Investigación y Desarrollo Tecnológico, y la anulación de su autonomía de gestión a través de un consejo de administración en el que predominan los funcionarios de las secretarías de Hacienda y Energía.
Hasta Adrián Lajous, ex director de Pemex y a quien difícilmente los tecnócratas podrían tachar de “nacionalista trasnochado” –agregó el legislador perredista–, denunció ya la privatización que pretenden este gobierno a través de obligar a la empresa a asociarse con particulares para obtener recursos.
Dicho de manera sencilla: a Pemex se le quitan recursos por la vía fiscal y se le impide obtener otros achicando su mercado, su desarrollo tecnológico y sus posibilidades de exploración y extracción de crudo.
Si quiere recursos, que los busque con el sector privado por dos vías: el mecanismo de inversión llamado Fibra E y la asociación con ellos para poder aprovechar lo que le dejaron en la Ronda Cero.
“Los vehículos de inversión aquí planteados privatizan activos de Pemex de manera inequívoca”, recordó Saldaña Morán respecto a lo dicho por Lajous.
“¿Quieren hacernos creer que la situación e Pemex va a tomar un rumbo diferente por un cambio de director? ¿Cómo pretenden ayudar a Pemex? ¿Corriendo a su personal? ¿Recortándole el presupuesto, achicándola, privatizándola? ¿Qué harán las familias que están corriendo?”, cuestionó al funcionario.
El parlamentario perredista dio el beneficio de la duda a González Anaya, también oriundo de Veracruz, un estado petrolero cuyos habitantes han visto disminuida su calidad de vida por la difícil situación de Pemex, y confió en que de verdad esté comprometido con el futuro de la empresa sin comprometer sus activos, pero más allá de eso insistió en que debe cambiarse la reforma energética.