
Desperdiciados, 67 de cada 100 litros de agua de presa en Sinaloa
CIUDAD DE MÉXICO, 31 de marzo de 2016.- A pesar de que cientos de niños centroamericanos huyen por la violencia en sus respectivos países, México se ha negado a reconocerlos como refugiados.
De acuerdo con un estudio de Human Rights Watch (HRW), Puertas cerradas: el fracaso de México en la protección de niños refugiados y migrantes de América Central, hay contradicciones entre la legislación mexicana.
Documentó que menos del 1 por ciento de los menores detenidos por el Instituto Nacional de Migración en su camino hacia Estados Unidos, autoridades mexicanas optan por detener y deportar a la mayoría de los menores de edad, en lugar de brindarles protección.
“Estos hallazgos se producen en un momento en el que el número de niños indocumentados que han sido detenidos por las autoridades mexicanas registra un gran aumento. Las autoridades migratorias de México aprehendieron a más de 35 mil niños en 2015, casi un 55 por ciento más que en 2014, y un 270 por ciento más que en 2013”, señaló el reporte.
HRW aseguró que los agentes migratorios mexicanos no informan a los niños sobre su derecho a pedir asilo ni los evalúan de manera adecuada para determinar si cumplen con los criterios válidos para ser reconocidos como refugiados.
Detalla que los menores que solicitan asilo no reciben asesoría jurídica ni de ningún otro tipo a menos que tengan la suerte de ser representados por una organización de la sociedad civil.
La organización reprochó el trato de México a los niños migrantes pues no se toma en cuenta que la violencia de las pandillas ha plagado los países del Triángulo Norte de Centroamérica desde hace más de 10 años.
Este fenómeno ha obligado a que los niños se han convertido en las víctimas principales de las bandas criminales.
“Muchos de los niños que Human Rights Watch entrevistó dijeron que fueron presionados para sumarse a las pandillas, a menudo bajo la amenaza de daño físico o muerte, para ellos o para los miembros de sus familias. Las niñas afrontan además el riesgo particular de la violencia sexual y el acoso por parte de los miembros de las bandas. Otros niños relataron cómo fueron extorsionados o secuestrados a cambio de un rescate”.