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CIUDAD DE MÉXICO, 31 de marzo de 2016.- El caso de abuso sexual contra una menor de edad en Veracruz ha llamado la atención en México, debido a que el Gobierno local no ha realizado investigación o entrevista alguna con los presuntos responsables, lo que vislumbra un posible evento de impunidad.
La ley es muy clara, en el artículo 174 se señala que por medio de la violencia física o moral se realice cópula con persona de cualquier sexo, se impondrá prisión de seis a 17 años.
El abogado penalista David Peña, integrante de la Liga de Abogados 1DMX y experto en casos de derechos humanos, aseguró que esta situación no debe tener mayores complicaciones para las autoridades veracruzanas, ya que las pruebas y las declaraciones en video son suficientes para que la averiguación previa no tome más de un mes, además de que, en caso de que consiguieran un amparo, podrían estar arraigados hasta conocer la condena.
Sin embargo, aunque las leyes apoyan a Daphne Fernández, supuesta víctima de violación multitudinaria por parte de cuatro jóvenes: Enrique Capitaine Marín, Jorge Cotaita Cabrales, Diego Cruz Alonso y Gerardo Cruz Acosta, la corrupción e impunidad podrían voltear el castigo hacia el padre de la menor, Javier Fernández.
“La situación aquí es que hay una menor en cuestión y el delito de violación física en contra de una menor implica, por lo menos, ubicación y retención de la libertad a los sospechosos, ya que la averiguación previa debe interpretar la investigación y toma de todas las pruebas posibles, aquí existe un video donde los sujetos asumen su responsabilidad y hasta piden una disculpa, esto debe ser tomado como un indicio para aplicar el arraigo.
“La condena, por tratarse de una niña, tendría que irse a lo máximo, es decir, que los culpables sean sentenciados a 17 años de prisión, la ley es clara, pero el problema aquí es que la corrupción en el Ministerio Público, porque podrían desechar todas las pruebas, las denuncias de abuso físico, sexual, psicológico y todos los que se puedan juntar, porque no he visto el expediente, así que seguramente por ahí puede darse una probable exoneración”, comentó Peña.
El litigante señaló que en caso de que desechen todos los cargos en contra de los llamados Porkys, vendría la contraofensiva, es decir, que la defensa de los jóvenes contra demandarían al papá de Daphne por cargos de difamación, perjurio, robo hasta extorsión, ambos podrían ser evaluados por el juez que atienda el caso y dictaminar la sanción.
“Desafortunadamente, sino se encuentran las pruebas suficientes para involucrar a los culpables, podrían contrademandar al padre de la víctima, ya que es un recurso legal del cual gozan por ley, la difamación y perjurio serían los primeros debido a que les estaba llamando violadores y eso es un falta a su integridad como personas, por lo que en primera instancia sería el recurso siguiente.
“En un segundo plano, podrían señalar al papá de extorsionador, ya que cuando se ingresa la denuncia y por un delito como es la violación, se debe de pagar los tratamientos médicos, psicológicos, es decir, la reparación de los daños, pero sino se encuentra el delito, pues se le acusa de robo y extorsión, son las contras para quien no encuentra justicia y se la aplican aunque sea inocente”, aclaró.
La investigación se mantiene en contra de los cuatro sujetos, sin embargo, se detuvo hace casi 10 meses, porque la Fiscalía General del Estado (FGE) no encontraba las pruebas necesarias, además de que un punto a favor de los agresores es que la víctima tardó en levantar a denuncia.
Los hechos ocurrieron en enero de 2015 y en mayo del mismo año fue que se tomó conocimiento a la FGE.
Actitud de superioridad y crueldad
La psicóloga y doctora María José Navarrete aseguró que la conducta demostrada por los cuatro jóvenes en el supuesto abuso sexual contra una menor en Veracruz fue de crueldad, cinismo y superioridad ante una persona, a la perspectiva de los sospechosos, inferior a ellos.
Aclaró que estos actos demuestran que su vida infantil debió haber estado marcada por la soledad y la falta de cariño del núcleo familiar, así como la envidia hacia compañeros o amigos de ver a sus padres juntos o en convivencia familiar.
“De acuerdo con los estudios a asesinos y violadores seriales, aquí queda marcada la tendencia de mucha soledad en la etapa infantil, mucha envidia hacia lo que los otros niños tuvieron con sus padres, en pocas palabras, que anhelaron tener un núcleo familiar en su hogar.
“Pero al no contar con esto, el niño crece con una mentalidad de revancha, de superioridad porque ha tenido lo que ha querido a su forma, incluyendo a personas que las ven como objetos y trofeos, en el caso de los hombres se representa como retos a conquistar y muestran sus relaciones como medallas y las presumen o las usan”, dijo Navarrete.
La experta en conductas humanas comentó que el poder económico de los padres de los jóvenes podría abonar en la superioridad en su personalidad, además de que las influencias tienen mucho para violar las reglas y la ley misma.