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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de abril de 2016.- El Papa Francisco se pronunció a favor de una educación sexual que llegue en el momento apropiado y de una manera adecuada a la etapa que viven niños y jóvenes que no han alcanzado una madurez plena.
A través de la exhortación postsinodal titulada Amoris Laetitia, la alegría del amor, que se publicó este viernes, el Pontífice hace un enérgico llamado a valorar las situaciones “irregulares” que vive la sociedad en los núcleos familiares.
“La educación sexual brinda información, pero sin olvidar que los niños y los jóvenes no han alcanzado una madurez plena. La información debe llegar en el momento apropiado y de una manera adecuada a la etapa que viven. No sirve saturarlos de datos sin el desarrollo de un sentido crítico ante una invasión de propuestas, ante la pornografía descontrolada y la sobrecarga de estímulos que pueden mutilar la sexualidad. Los jóvenes deben poder advertir que están bombardeados por mensajes que no buscan su bien y su maduración”, señaló en un apartado dedicado a la educación sexual.
Aseguró que con frecuencia la educación sexual se concentra en la invitación a cuidarse, procurando un sexo seguro, expresó que, dijo, transmite una actitud negativa hacia la finalidad procreativa natural de la sexualidad, “como si un posible hijo fuera un enemigo del cual hay que protegerse. Así se promueve la agresividad narcisista en lugar de la acogida”.
Expresó su condena a que la sociedad de consumo también pueda disuadir a las personas de tener hijos sólo para mantener su libertad y estilo de vida, orientando la decisión de limitar el número de hijos.
“La Iglesia rechaza con todas sus fuerzas las intervenciones coercitivas del Estado en favor de la anticoncepción, la esterilización e incluso del aborto. Estas medidas son inaceptables incluso en lugares con alta tasa de natalidad, pero llama la atención que los políticos las alienten también en algunos países que sufren el drama de una tasa de natalidad muy baja”, consideró.
El Papa Francisco llamó a reconocer y reflexionar sobre los casos de divorciados, las parejas que no se han casado e incluso abundó sobre quienes únicamente conviven.
Sin embargo, también puntualizó que, aun dentro del matrimonio, la sexualidad puede convertirse en fuente de sufrimiento y de manipulación.
“Por eso tenemos que reafirmar con claridad que un acto conyugal impuesto al cónyuge sin considerar su situación actual y sus legítimos deseos, no es un verdadero acto de amor; y prescinde por tanto de una exigencia del recto orden moral en las relaciones entre los esposos”.
Virginidad
Francisco consideró que la virginidad es una forma de amar y, dijo, “no se trata de disminuir el valor del matrimonio en beneficio de la continencia”.
“El celibato corre el peligro de ser una cómoda soledad, que da libertad para moverse con autonomía, para cambiar de lugares, de tareas y de opciones, para disponer del propio dinero, para frecuentar personas diversas según la atracción del momento”, pronunció.
El texto contiene 269 páginas de unas 30 líneas cada una, con 325 parágrafos y 391 notas de citas y está fechado en «San Pedro, en el Jubileo extraordinario de la Misericordia, el 19 de marzo, Solemnidad de San José».
El Amoris Laetitia íntegro AQUÍ