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CIUDAD DE MÉXICO, 12 de abril de 2016.- El Papa Francisco designó al arzobispo Christophe Pierre como Nuncio Apostólico en Estados Unidos. El arzobispo era hasta ahora Nuncio Apostólico en México y relevará en el cargo a Carlo María Vigano.
El papa Juan Pablo II designó a Cristophe Pierre nuncio apostólico en Haití el 12 de julio de 1995 y en 1999 fue trasladado a Uganda. En 2007 Benedicto XVI lo eligió como nuncio apostólico en México, en sustitución de Giuseppe Bertello.
La sala de prensa de la Santa Sede anunció el cambio con un comunicado de apenas dos líneas, en el cual recordó que Pierre es arzobispo titular de Gunela.
El clérigo francés es uno de los más destacados diplomáticos al servicio de la Santa Sede. Nacido el 30 de enero de 1946 en Rennes (Francia), proviene de una arraigada familia. En su juventud estudió durante un año en Marruecos.
Inició sus estudios eclesiásticos en el seminario de Saint–Yves de Rennes en 1963 y fue ordenado como sacerdote de la diócesis de Rennes en la catedral de Saint-Malo, el 5 de abril de 1970.
Obtuvo una maestría en teología, que cursó en París, y un doctorado en derecho canónico, en Roma. Inició su servicio pastoral en una parroquia de Colombes, en la diócesis de Nanterre.
En 1973 ingresó a la Academia Eclesiástica Pontificia, donde se forman los diplomáticos del Vaticano. Inició su carrera internacional en Wellington, Nueva Zelanda en 1977.
Luego prestó servicio en Mozambique, Zimbabwe, Cuba, Brasil y la Misión Permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas y las instituciones internacionales en Ginebra.
Durante su servicio en México, Pierre mantuvo un perfil prudente y de cercanía con los feligreses; además, logró organizar la visita de dos Papas: Benedicto XVI en 2012 y Francisco en 2016.
El analista en temas religiosos, Bernando Barranco, consultado por esta agencia, consideró que la salida de Pierre habrá que verla en un contexto en que se avecinan importantes cambios para la Iglesia Católica no sólo en Estados Unidos, sino también en México.
Estimó que este cambio se da en un momento en que en México no tiene problemas serios entre los propios obispos y la Iglesia Católica requiere reforzar su presencia ante las minorías que se han sentido severamente agredidas por el discurso de algunos candidatos republicanos.