Cerramos la etapa del institucionalismo neoliberal, considera Monreal
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de abril de 2016.- Las leyes secundarias del Sistema Nacional Anticorrupción deben limitar al Estado o de lo contrario serán funcionales al poder y a la actual situación de opacidad, “y eso no le va a convenir a nadie”, advirtió Luis Humberto Fernández Fuentes, secretario de la mesa directiva del Senado de la República.
Al presentar el libro Visión Integral del Sistema Nacional de Combate a la Corrupción, el legislador del PRD afirmó que otro reto inmediato es formar, capacitar y profesionalizar a los servidores públicos, “a quienes no les gusta, ni sienten la necesidad de estudiar cómo no ser corruptos”.
El legislador de izquierda consideró que las leyes en materia anticorrupción representan una auténtica reforma del Estado, porque los gobiernos se han mantenido a partir de la entrega de concesiones, y “en un acuerdo donde la gobernabilidad está basada en privilegios, concesiones y presupuesto. Entonces, el sistema se mueve sobre la lógica de la corrupción”.
De ahí la trascendencia de la discusión de la legislación en la materia, pues “si logramos hacer leyes secundarias que respeten el espíritu de la Constitución, va a cambiar incluso la conformación política del país”, y muchos de los que se dedican a la política dejarán de hacerlo, porque no será tan rentable.
Explicó que bajo la lógica de que el combate a la corrupción se establezca como una política de Estado, se requiere la participación del Congreso; es decir, la coordinación del Senado y la Cámara de Diputados en el seguimiento, la evaluación del Sistema Nacional Anticorrupción y la fiscalización del ejercicio público.
Apuntó que el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) conceden a la función parlamentaria la orientación y conducción del gasto público, “a esto me refiero con el control permanente parlamentario en la corrupción”.
El titular del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), Carlos Reta Martínez, se pronunció en el mismo sentido, al advertir que se requiere de una atención inmediata para revertir la corrupción, pues las dimensiones que ha alcanzado afectan asuntos políticos, administrativos y sociales, y por ello quebrantan las posibilidades de desarrollo.