El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Mi testamento
En tanto el alumnado del Poli y autoridades educativas no se ponen de acuerdo en el estudio: los primeros se abstienen y a los segundos no les importa. Vaya, un desajuste inmoral .En detrimento del futuro cultural de México.
Para ejemplo de ellos mejor incursionemos en el trabajo del escritor michoacano José Rubén Romero y de un personaje, don Jesús Pérez Gaona, mejor conocido como Pito Pérez.
Demos a conocer, en su inútil vida, del Pito, su, “Testamento”:
“Lego a la humanidad todo el caudal de mi amargura.
Para los ricos, sedientos de oro, dejo la mierda de mi vida.
Para los pobres, por cobardes, mi desprecio porque no se alzan y lo toman todo en un arranque de suprema justicia. ¡Miserables esclavos de una iglesia que les predica resignación y de un gobierno que les pide sumisión, sin darles nada en cambio!
No creí en nadie. No respeté a nadie. ¿Por qué? Porque nadie creyó en mí. Porque nadie me respetó. Solamente los tontos o los enamorados se entregan sin condición
¡Libertad, igualdad y fraternidad!
Que farsa más ridícula. A la libertad la asesinan todos los que ejercen algún mando, la igualdad la destruyen con el dinero y la fraternidad muere a manos de nuestro despiadado egoísmo.
Esclavo miserable, si todavía alientas alguna esperanza, no te pares a escuchar la voz de los apóstoles: su ideal es subir y permanecer en lo alto, aun aplastando tu cabeza.
Si Jesús no quiso renunciar a ser Dios ¿qué puedes esperar de los hombres?
¡Humanidad, te conozco, he sido una de tus víctimas!
De niño me robaste la escuela para que mis hermanos tuvieran profesión, de joven me quitaste el amor y en la edad madura, la fe y la confianza en mí mismo. ¡Hasta de mi nombre me despojaste para convertirlo en un apodo estrafalario y mezquino: Hilo lacre!
Dije mis palabras y otros las hicieron correr por suyas, hice algún bien, y otros recibieron el premio.
No pocas veces sufrí castigo por delitos ajenos.
Tuve amigos que me buscaron en sus días de hambre y me desconocieron en sus horas de abundancia.
Cercáronme las gentes, como a un payaso, para que las hiciera reír con el relato de mis aventuras ¡pero nunca enjugaron una sola de mis lágrimas!
Humanidad yo te robé unas monedas, hice burla de ti y mis vicios te escarnecieron. No me arrepiento y al morir, quisiera tener fuerzas para escupirte en la faz todo mi desprecio.
Fui Pito Pérez ¡una sombra que pasó sin comer, de cárcel en cárcel. Hilo lacre ¡un dolor hecho alegría de campanas!
Fui un borracho. ¡Nadie! Una verdad en pie. ¡Qué locura! Y caminando en la otra acera, enfrente de mí, paseó la Honestidad su decoro y la Cordura su prudencia. El pleito ha sido desigual, lo comprendo; pero del coraje de los humildes surgirá un día el terremoto y entonces no quedará piedra sobre piedra.
¡Humanidad pronto cobraré lo que me debes ¡
Jesús Pérez Gaona, mejor conocido como Pito Pérez””
Y mezcladas con el polvo de la tierra se perdieron para siempre, las cenizas inútiles de un hombre. Diría nuestro amigo Octavio Razziel García.