Abanico
Lo reitero: Los amigos son los amigos
Acaba de aparecer Verdaderos Maestros del Periodismo del colega Mario Andrés Campa Landeros. Un trabajo editorial de un experto en la materia. Habla de quienes transitamos por la profesión más digna del mundo. Y no exenta de peligros, como sabemos. Nos incluye inmerecidamente. Y nos hace aparecer con otros colegas que lo merecen más.
Recuerda nuestro inicio en Excélsior., el 3 de marzo de l946. Del sendero en este oficio, –ya profesión con licenciatura en periodismo–, desde hace setenta años, sin interrupción en nuestros 86 de edad.
Sus 329 páginas, forman un libro de consulta. Y es el primero de una serie de siete. En que hablará también de hombres y mujeres, reporteros de prensa, radio, televisión e internet.
Este es un homenaje para los amigos que están y para los que ya se fueron. A los que también menciona. Lo reitero: “los amigos son como las estrellas, no siempre las ves, pero sabes que ahí están”.
Los amigos son tesoros que la vida nos regala y que debemos cuidar. Muchos de ellos nos acompañan tan sólo durante un trayecto y luego se van. Otros forman parte de algunos de nuestros mejores recuerdos del pasado y otros se quedan en nuestras vidas para siempre.
Hay amigos eternos, amigos que son de piel y otros que son de hierro. Hay amigos del tiempo, de la escuela, del trabajo, de la facultad. Amigos del que se aprende. Otros que se eligen, y amigos que se adoptan. Hay amigos del alma, del corazón, de la sangre.
Hay amigos para toda la vida. Amigos que son más que amigos. Hay amigos que son hermanos, otros que son padres; también hay amigos que son hijos. Hay amigos que están en las buenas, otros que están en las malas, los que están siempre.
Hay amigos que se ven, otros que se escriben. Por supuesto que hay amigos que se van, que nos dejan; que vuelven y otros que se quedan.
Amigos inmortales, amigos de la distancia. Hay amigos que se extrañan, que se lloran, y en los que piensas. Amigos que se abrazan. Hay amigos que nunca cambian. Hay amigos hombres. Amigas mujeres. Hay amigos que deliran, otros poetas. Amigos que hacen falta. Amigos nuevos, viejos, viejos amigos. Amigos sin edad, gordos, flacos.
Hay amigos que dejamos ir, otros que no pueden venir, que están lejos, con dolores difíciles de entender. Amigos del barrio. Hay también amigos invisibles, amigos sin lugar, amigos de la calle que valen, amigos que pesan, amigos que nos critican, pero amigos al fin. Amigos míos. Amigos tuyos. Amigos nuestros.