Claudia Espino, la propuesta de Taddei a la Secretaría Ejecutiva del INE
CIUDAD DE MÉXICO, 31 de mayo de 2016.- La desconfianza hacia las autoridades de procuración y administración de justicia por su incompetencia para frenar a una delincuencia cada vez más violenta y la consiguiente impunidad de ésta han provocado un hartazgo social que da el pretexto a muchos para hacerse justicia por propia mano, afirmó el dirigente del PRD en el estado de México, Omar Ortega Álvarez.
El también diputado federal señaló que los recientes casos de linchamiento en esa y otras entidades del país son ejemplo de ello, por lo cual propuso al Congreso de la Unión intervenir mediante un exhorto a las autoridades y organismos competentes para también actuar.
Mediante una propuesta de punto de acuerdo presentada a la Comisión Permanente del Congreso, consideró necesario que en particular los gobiernos de los estados de México y Puebla garanticen el imperio de la ley a fin de prevenir y evitar más de estas ejecuciones ilegales en sus respectivos territorios.
También consideró pertinente que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos realice un diagnóstico sobre esta problemática a nivel nacional.
Destacó que para la ciudadanía es patente la gran incapacidad de la autoridad para garantizarle seguridad y por ello, por ejemplo, ha decidido formar grupos denominados “vecinos vigilantes”, así como advertir a los delincuentes por medio de mantas que de ser sorprendidos delinquiendo serán linchados. También se ha dado el caso de pasajeros que han dado muerte a delincuentes a bordo del transporte público.
El también diputado federal refirió que desde octubre pasado presentó un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para exhortar a los gobernadores de Puebla, Rafael Moreno Valle, y del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas, a garantizar lo mismo que hoy se les pide, es decir, el Estado de Derecho y la prevención de linchamientos.
Sin embargo, el gobernador del estado de México, convencido de tener la verdad sobre el remedio para la seguridad de los mexiquenses, ignoró toda voz disidente o propuesta distinta a la suya. El resultado es un estado dónde la violencia y la inseguridad han hecho nugatoria la tranquilidad familiar a un año de que Ávila concluya su gestión.
Lejos de resolverse la problemática, en lo que va del presente año se han multiplicado estos actos en diversos municipios, con saldos de presuntos delincuentes muertos a golpes, quemados o ahorcados en plazas públicas. De hecho, al mes es lapidada una persona en territorio mexiquense.