Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Salarios y mal humor en México
Viven 32 millones de trabajadores en miseria y con el mínimo se requiere trabajar más de 14 horas para comprar un kilo de carne de res
No hace mucho que el presidente Enrique Peña Nieto se refirió a los señalamientos de que existe en el país “un mal humor” y de que el ánimo entre los mexicanos se encuentra caído, que hay mal ambiente, cuando, aseguró, se puede presumir en muchos sectores que el país avanza. No es el caso del que tiene que ver con la mayoría de los trabajadores y el de sus salarios –con base en el mínimo actual de 73.04 pesos diarios– que en los 30 años recientes, con 4 presidentes del PRI y 2 del PAN, registran una pérdida de su poder adquisitivo de 79.11 por ciento.
Lo anterior sirve para mostrar que en la actualidad más de 32 millones de trabajadores en México sobreviven en diferentes niveles de miseria, como consecuencia el ingreso insuficiente para adquirir la Canasta Básica Recomendable. De acuerdo con la investigación del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, del 16 de diciembre de 1987 al 25 de abril de 2016, el precio de los alimentos que incluye esa canasta pasó de 3 pesos con 95 centavos a 213 pesos con 46 centavos diarios. O sea que para conseguirla se necesitan por lo menos tres salarios mínimos al día.
Creo que eso no es motivo para estar alegres, como quiere el Presidente, sino todo lo contrario si se toma en cuenta que un puñado de funcionarios y legisladores, entre otros, gozan de salarios escandalosos, al tiempo que la mayor parte de la población sufre de hambre y enfermedades.
Datos del INEGI informan que hasta poco en el país 6 millones 880 mil trabajadores ganan el salario mínimo y que 19 millones 725 mil reciben hasta dos salarios mínimos. En contraste, se calcula que el Presidente de la República obtiene diariamente 118 salarios mínimos; un senador, 76; un diputado federal 56.7 y un ministro 115, lo que se infiere del último Presupuesto de Egresos de la Federación.
En otras palabras, el estudio de la UNAM explica que si en diciembre de 1987 un trabajador debía laborar 4 horas y 53 minutos para adquirir todos los productos que componen la canasta, en abril de este año el mismo trabajador necesitó 23 horas y 22 minutos, es decir, afirman los economistas universitarios, en un intervalo de casi 30 años se cuadruplicó el tiempo que se necesita para comprar los mismos alimentos.
En ese lapso, el salario mínimo aumentó 1,028 por ciento, pero el precio de la canasta básica alimenticia recomendable 5,304 por ciento y el tiempo de trabajo para adquirirla 412 por ciento. Conclusión: la clase trabajadora mexicana enfrenta una situación generalizada de precarización que se expresa en el deterioro de los niveles de vida de las familias. Más: los trabajadores mexicanos requieren de un ingreso mensual promedio de 6 mil 403 pesos con ochenta centavos, o sea tres veces los 2 mil 191 pesos con 20 centavos actuales.
Para comprender por qué, entre otros motivos, impera el malhumor en los mexicanos, hay que detallar que si hace casi 30 años para comprar un kilo de tortillas bastaba trabajar 24 minutos, hoy se requieren 1 hora con 31 minutos, 446 por ciento más; un kilo de bistec de res requería de 5 horas con 25 minutos, ahora 14 horas y 46 lo que significa un incremento de 396 por ciento.
Sólo que nuestra Constitución establece que el Salario Mínimo debe garantizar alimentos, vestido, vivienda, educación, transporte y esparcimiento y hasta aquí únicamente se ha mencionado a la comida. De ahí que el Centro de Análisis Multidisciplinario argumente que ante esta situación, los trabajadores buscan alternativas como trabajar más horas, conseguirse otros empleos, apoyarse en familiares o emigrar.
Da cuenta de que existen millones de trabajadores que cotidianamente se trasladan largas distancias de su hogar a su trabajo. También los hay, hombres y mujeres, de todas las edades, que viajan a otro país o región, buscando mejores niveles de vida y de trabajo.
Lo cierto, sostienen los economistas, es que a los trabajadores se les ha despojado hasta de su tiempo libre evitándoles descansar, convivir con su familia, educarse y ejercer actividades recreativas.
Y así, pues como que no hay razones para estar alegres. Mucho menos, cuando el actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, se siente presidenciable y propuso que para mediados de este año el mínimo aumente a 88.33 pesos diarios que, ni eso, quieren los empresarios y el gobierno federal.