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CIUDAD DE MÉXICO, 21 de junio de 2016.- Oaxaca, Guerrero y Michoacán enfrentan el incremento de una violencia histórica asociada a conflictos políticos, también a la expansión del mercado de las drogas, concluyeron académicos y organizaciones en el seminario Violencia y paz: diagnósticos y propuestas para México, que se llevó a cabo en el Senado de la República.
El senador Benjamín Robles Montoya advirtió que lo acontecido los últimos días en Nochixtlán, Oaxaca, es la muestra del “dolor social que se ha ido acumulando generación tras generación”, ante la falta de acceso a la educación, servicios y mejores condiciones de vida para la población.
Comentó que la violencia en esa entidad y en otros estados del país tiene como causa principal primigenia la miseria, pues tan sólo en Oaxaca el 78 por ciento de la gente no tiene acceso a la seguridad social y seis de cada diez no tienen vivienda.
Raúl Morón Orozco, senador por la misma fracción parlamentaria, reiteró que en los estados del sur-sureste de México predomina la pobreza, la miseria y el abandono de las políticas públicas para atender a los habitantes de esta región.
Afirmó que enfrentar la inseguridad y la violencia con el Ejército genera violaciones a los derechos humanos, ejecuciones extrajudiciales y “más violencia”, pero no resuelve el problema de fondo, por lo que se tienen que adoptar medidas integrales para combatir también la pobreza y generar mejores condiciones de vida.
Alejandro Solalinde, integrante de la Comisión de la Verdad en Oaxaca, dijo que la represión, violencia y fuego amigo en el estado es una condición que no sólo se ve hacia el magisterio, sino que prevalece en diversos niveles de la sociedad, pues considera que existen intereses económicos para entregar los bienes de la entidad a mineras y grupos trasnacionales.