Tuve una excelente conversación con Trump: Sheinbaum
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de junio de 2016.- La población y el sector salud del país son quienes más pagan por la contaminación del aire; los primeros, porque padecen las enfermedades por respirar emisiones contaminantes y el segundo, por asumir los costos.
Así lo explicó el director de la línea de investigación Ambiente y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Horacio Riojas Rodríguez, durante el taller Calidad del aire, organizado por el CTS Embarq México.
«Está costando al país la contaminación del aire y ¿quién lo está pagando? Los ciudadanos porque se enferman y el sector salud porque asume los costos. Cuando nos decían y estábamos en la discusión de las normas y contingencias y nos decían ¿cuánto va a costar cada día de contingencia? Nosotros decíamos ‘no es cuánto va a costar, sino quién lo está pagando en términos de salud’”, dijo durante su presentación ante medios de comunicación.
“En términos de salud las familias y el sector salud están pagando el costo de la contaminación y eso es lo que hay que poner en una balanza cuando se decide decretar o no un nivel de contingencia, esa es la manera cómo se utilizan los datos para hacer estimaciones de costo y eso es más o menos entre el uno y dos por ciento del Producto Interno Bruto [PIB] y más o menos como el 24 por ciento del presupuesto del sector salud”, aseguró Riojas.
Indicó que en las actas de defunción no aparece que alguien murió por la contaminación, pero sí mueren personas con problemas del corazón –ligados a ozono o incluso por partículas PM2.5– cuando se registran contingencias ambientales o altos índices de contaminación.
Para revertir eso, que además le cuesta al sector salud en medicamentos cuando la gente enferma, se trabaja en tener actualización de normas para bajar los máximos permisibles de partículas PM10 y PM2.5 –generadas por combustibles y que por su tamaño no son filtradas por los pulmones– e igualarlas con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Si nos acercáramos a las recomendaciones de la OMS estaríamos evitando una gran cantidad de muertes y enfermedades como no las estamos evitando, nuestras familias las están pagando y se están yendo al sector salud que es donde se están atendiendo y les dan medicamentos, por eso es importante cuantificar de qué tamaño es la exposición y de qué tamaño son los riesgos», agregó el investigador del INSP.
También se trabaja en un nuevo índice de calidad del aire y en una nueva propuesta de cómo informar con oportunidad a la población cuáles son los probables daños a la salud.
«Estamos teniendo reuniones para discutir cómo va a ser este nuevo índice de calidad del aire», adelantó.