Visión financiera/Georgina Howard
Sobre la ignorancia
El que redacta aprovecha la inteligencia de nuestro amigo para dar luz, intentarlo, aunque sin resultados, a quienes cobran en el gobierno. Con dinero del pueblo.
Por eso, cuando algún científico, como el médico Fernando Calderón Ramírez de A., escribe sobre un tema puntual, es necesario darlo a conocer. Explica las razones de la ignorancia. Y nosotros las transcribimos como cooperación a la cultura.
Él nos dice que la ignorancia, a pesar de ser un hecho que se presenta frecuentemente, uno esperaría encontrar escritos abundantes sobre el tema. Sin embargo, no es así.
De manera tal que quien trata algo sobre la materia, puede iniciar su disertación por cualquier sitio y fecha, que piense es lo adecuado.
No obstante, creo es preferible principiar el estudio del tema basándose en los clásicos, sobre todo, en los griegos, como Sócrates que, aunque nada escribió, lo que enseñó a través de su mayéutica. Platón lo recogió y plasmó excelentemente a través de sus escritos.
La definición de la ignorancia en el diccionario parece ser adecuada para su análisis, por lo que la tomaremos.
La establece como la falta de instrucción o de conocimientos. La derivación Latina es del verbo ignorare o cognoscere, que es NO saber.
En general se puede subdividir en dos categorías:
1.- Ignorancia total o Nesciencia (torpeza).
2.- Ignorancia parcial.
Aun cuando hay quienes la subdividen en forma diferente:
A.- Ignorancia de Hecho. La que se tiene de un hecho.
B.- Ignorancia Supina. De lo que puede y debe saberse.
C.- Docta Ignorancia, un artilugio creado por San Agustín.
Es importante siempre distinguir claramente entre ausencia o carencia de conocimientos. Por este camino nos es fácil distinguir entre una ignorancia total y una ignorancia parcial.
En filosofía, siempre se ha dicho que la ignorancia total no existe. Si el hombre es consciente de su ignorancia, ya sabe algo. De ahí la genial frase de – “yo solo sé que no sé nada” – expresada por la honesta voz de Sócrates y relatada por Platón.
El feto, como ejemplo, desde el vientre materno, aprende constantemente. Pone en juego todos sus mecanismos condicionados.
La relación permanente durante esos nueve meses estrecha un fuerte vínculo, mediante el cual el producto ha experimentado y aprendido, con las emociones de la madre las cuales, por diversos mecanismos bioquímicos, se transmiten al fruto, creándole conductas condicionadas de respuesta, expresadas de varias formas, como puede ser mayor movimiento ante determinados estímulos.
Esto se ha comprobado mediante un ejercicio musical durante el embarazo, llamado Baby Mozart:
Se pone expresamente el vientre materno, cerca de un aparato de sonido, que reproduce la música de Amadeus Mozart tomada de sus composiciones en forma empírica, para escucharse durante la gestación.
La forma total de ignorancia, sólo se da en aquellos que por lesiones cerebrales de nacimiento se inhibió su proceso cognitivo y nunca se aprendió nada. Ni se tuvo conciencia de ningún hecho que los hubiera llevado a utilizar su memoria con su mecanismo empírico.
Como pueden ser los Anencefálicos, triste condición en que la masa cerebral es desaparecida o gravemente lesionada y está incapacitada de utilizarse.
Otros casos de enfermedades mentales graves pueden llevar a la ignorancia total o parcial. Un ejemplo sería la terrible enfermedad de Alzheimer.
Parece ser que la neurogénesis o sea el proceso que da origen a las neuronas corticales y a la llamada neocorteza con sus seis capas de células, sitio fuerte de la inteligencia, para el conocimiento. Esta se lleva a cabo durante los primeros 165 días de gestación.
Pero desde luego se puede inferir que es posible que desde ese momento empiece el proceso cognoscitivo y además que la conciencia comience a iniciarse, aunque se dé en forma rudimentaria.
En ese mismo momento, las células neuronales que se forman en las capas de la corteza cerebral lo hacen de dentro hacia fuera de forma tal, que aumentan el espesor de la corteza paulatinamente y así mismo las capacidad cerebral cognoscitiva y de construcción de la conciencia.
El aprendizaje y la memoria tienen una base genética. Por lo que pueden existir mutaciones importantes que lleven hacia retroceso o a un adelanto, en la capacidad de los mismos. Desde luego para interferir en la disminución o mejoría del aprendizaje y la memoria. Esto ayudaría a adelantar o a disminuir, por lo tanto, la ignorancia. Se puede ser ignorante o conocedor en unos temas. O habilidoso o torpe en otros menesteres. Esto se sabe gracias al oportuno descubrimiento de Howard Gardner, en cuanto a las ocho Inteligencias Múltiples. Algunos que adquirirán conocimientos, habilidades y destrezas, así como actitudes pertinentes, en algunas o alguna de esas ocho inteligencias. Superan a otros que nunca podrán con ellas y tendrán una ignorancia supina. Serán ignorantes de hecho, pero siempre ignorantes parciales. El hombre es un ser empírico por naturaleza y está en aprendizaje constante. A menos que alguien se lo impida. Por lo tanto, nunca será, un ignorante total.
Salir del obscurantismo, es en todos los aspectos uno de los objetivos del hombre. Lograr un mejor lugar en la sociedad y mejorarla desde su parte más íntima e interna. Sentirse satisfecho y aumentar su sentido de pertenencia social.
Colaborar intensamente con los indoctos, para sacarlos de su ignorancia sin menoscabo de su dignidad. Hacer y tener un lugar preferible donde vivir que obligadamente se enriquecerá, progresara y será un agradable sitio construido, con sólidas bases éticas y morales que nacerán con el incremento de la cultura social.
Tal es el discernimiento de nuestro amigo, a quien agradecemos su entusiasmo. [email protected]