Contexto
AMLO, o la sabia virtud
¿El béisbol hace milagros? o debemos decir que Andrés Manuel López Obrador es uno antes, y otro después del béisbol a principios de julio de 2016. En todo caso a su regreso de Estados Unidos, a donde fue con su hijo Jesús Ernesto López Gutiérrez para asistir a un juego de las grandes ligas, parte importante de sus propuestas políticas y electorales cambiaron “de pe a pa”.
Así que el 14 de julio, AMLO modificó su discurso y mostró que aún tiene una gran capacidad para medir tiempos políticos y para mostrar músculo electoral. Todo junto. Con sus declaraciones sacudió el ambiente político nacional y reclasificó su perspectiva respecto de la Reforma Educativa.
En esto le hace un gran favor al presidente Enrique Peña Nieto y se deslinda de la exigencia vital de la CNTE en sus demandas frente al gobierno federal: derogar la Reforma.
Dice AMLO que el Congreso mexicano debe revisar la reforma educativa en un periodo extraordinario y “tomar en cuenta la propuesta de los docentes, intelectuales y padres de familia para corregirla antes del próximo primero de septiembre”.
“No se puede derogar –dijo- sería la claudicación del gobierno y no se trata de jugar a las vencidas, el gobierno tiene que aceptar que se equivocó y la mayor responsabilidad recae en el Poder Legislativo porque ahí fue donde se aprobó”.
Los volubles legisladores mexicanos, con toda falta de rigor, de ética y responsabilidad social, consecuentes con sus intereses particulares, aprobaron en mayoría, en el Congreso Federal y en los estatales las Reformas y por lo mismo tienen responsabilidad en esto y son ellos los que tienen que dar solución, aunque ahora escondan la mano.
Como quiera que sea, está claro que AMLO ya no va en todo con la CNTE. Sí recuerda que se han cometido injusticias y que el gobierno federal en su empeño por mantenerla vigente está cometiendo un grave error. Pero lo central es que con esta nueva propuesta ayuda a disminuir un conflicto entre el Ejecutivo y los líderes de la CNTE que ya se está saliendo de control. Dice AMLO que lo peor que puede ocurrir es la confrontación y la violencia: madurez política, sin duda.
Aparte, en lo electoral el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no se lo esperaba y, con sus declaraciones, puso en jaque al Partido Acción Nacional (PAN) que ya se siente en alianza con el PRD en 2018 para hacerse dela presidencia de la República.
[Inmediato Ricardo Anaya, líder de los conservadores mexicanos, retó a un debate de ideas a AMLO en el contexto actual: Ya López Obrador le había dicho antes que él no debatía “con achichincles”.]
AMLO lo resuelve así: “Si, importa una alianza de las izquierdas para solucionar el gran problema que ha generado en México la imposición de un neoliberalismo brutal. Los resultados están a la vista en tanto pobreza, desigualdad, desempleo, crisis social…”. Y tiene razón…
Sí, hace falta que las izquierdas mexicanas solucionen sus crisis de unidad interna, de identidad y que encuentren rutas de convivencia y solución política. El país requiere alternativas sólidas y viables para solucionar los problemas acumulados, incluido el de la seguridad nacional…
Pero uno de los requisitos indispensables para esta unidad progresista radica en que cada una de las partes solucione ya sus conflictos internos y sus proyectos a futuro.
Es el caso del PRD que ahora mismo pasa por una seria crisis de aceptación pública. Los resultados de las elecciones del 5 de junio pasado así lo muestran, a pesar de que en alianza con el PAN ganó tres gubernaturas, sin embargo, el PAN se ha encargado de atribuirse para sí mismo esos triunfos, según el panista Anaya.
El PRD contiene, en su estructura, diferentes intereses y ambiciones políticas y electorales: sus tribus son su estorbo, sus confrontaciones y sus ambiciones particulares lo son también; y si no solucionan su unidad interna será muy difícil que consiga unirse con una fuerza política tan creciente como es ahora mismo la de Morena.
El ejemplo más reciente es el de Alejandra Barrales, quien el sábado 16 de julio fue electa como presidenta del PRD nacional. Las inconformidades y los reclamos ya están a la vista. Y muy probablemente tendrá muchas dificultades y falta de capacidades para unir a un partido desunido.
En todo caso AMLO es éste quien le está haciendo el favor al de la Revolución Democrática; es AMLO con Morena quien podría levantar al partido del sol azteca de su decaimiento y de su conflicto interminable: el mismo partido que él mismo dirigió de 1996 a 1999 y del que fue candidato presidencial en 2006 y 2012.
Configurar una gran alianza de izquierdas le haría muy bien a la democracia mexicana y al país. Con este cambio, AMLO crece y hace que veamos a un hombre más maduro, con más certezas y más dispuesto al diálogo, la negociación y la democracia.
Un hombre que va con los cambios del país y de su sociedad. Ojalá que en esa misma ruta se deshaga de los lastres que acarrea consigo en su Morena querida. Y ojalá que todo esto sea cierto y firme, para generar certidumbres. Ya veremos.