El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
El extraño caso de Navarrete Prida
Ante la cercanía del inicio del proceso para elegir gobernador del Estado de México, muchos o casi todos los aspirantes han empezado a mover sus fichas en el tablero político. La efervescencia empieza a sentirse en los corrillos del aparato público y poco a poco, en el entorno social.
En este contexto, llama poderosamente la atención la irrupción de un político mexiquense que a nivel local es muy cuestionado, demasiado. Es más, aunque aparece entre la larga lista de aspirantes a la nominación por el PRI mexiquense, en el entorno casero casi nadie le da muchas posibilidades de lograr la postulación.
Se trata del secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, cuyo paso por la Procuraduría de Justicia del Estado de México dejó no muy gratos recuerdos. Fue muy cuestionado, pero lo que nadie duda es de su gran cercanía con el fiel de la balanza, el presidente Enrique Peña Nieto.
De hecho, Navarrete Prida, cuando asciende al poder Peña Nieto, aspiraba a encabezar la Procuraduría General de la República. Pero fue enviado a la Secretaría del Trabajo, Puesto elevado, pues en el ámbito mexiquense, pese a esa cercanía, el ex procurador no goza de muchas simpatías.
Es poderoso, sin duda. Tiene los alcances y los amarres políticos para ser candidato, pero es sin duda o sería una apuesta muy arriesgada. La opinión de diversos actores locales es que, a pesar de que figura en algunas encuestas nacionales con buena puntuación, la realidad en el Estado es otra.
Pero esa es su opinión. Las encuestas señalan que, pese a esos comentarios y opiniones, Alfonso Navarrete Prida está hoy por hoy, convertido en un poderoso precandidato al ejecutivo mexiquense.
El tema de Josefina Vázquez Mota da esperanza a panistas
Del lado del PAN, la alta calificación que dan encuestas nacionales –como la del periódico El Universal– a la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, da esperanza a no pocos panistas. Los del sur del estado de México, encabezados por los hermanos Lujano, no tienen empacho en decidir desde ahora en darle su voto y confianza a la destacada política blanquiazul.
Mientras, Ulises Ramírez y José Luis Durán Reveles van a hacer todo lo necesario para ganar esa postulación blanquiazul, porque nadie hay más convencido que los panistas, que el 2017 es el año del cambio de estafeta política en el gobierno mexiquense y que es la gran oportunidad de arrebatarle al PRI la Casa de Colón.
Para ello, se visualiza desde ahora que los posibles aliados del PAN en la próxima contienda van a ser Movimiento Ciudadano, PES y muy probablemente, Nueva Alianza.
La realidad es que todos los llamados minipartidos, no tienen mucha opción para mantener el registro. Todos los mencionados tienen en las encuestas actuales, menos del uno por ciento de la preferencia electoral y eso es algo que les preocupa, porque perder las prerrogativas mexiquenses es un riesgo que no pueden darse el lujo de correr.
El propio Partido del Trabajo está en esa tesitura y lo peor es que para ellos, el PRD ya no es una opción sólida para acrecentar su porcentaje de votos, pues el sol azteca parece ya en un bajo cuarto lugar, por detrás de Morena.
De hecho, en el entorno del PT y del propio PRD, ya se están dando pláticas para que ambos institutos políticos, vayan de la mano de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador.
Eso claro, si el peje decide levantarles realmente el castigo político a ambos y por supuesto que irían con el candidato que el designe, que se encuentra entre Alejandro Encinas, Yeidckol Polevnsky y el alcalde Higinio Martínez Miranda.
En este contexto, la lucha electoral sería entre tres. El PRI aliado con el Partido Verde, el PAN con Movimiento Ciudadano y tentativamente Nueva Alianza y MORENA, en coalición con el PRD y el Partido del Trabajo.
No hay a la vista ningún aspirante independiente
Y aunque la ley electoral local lo permite, en el horizonte político mexiquense no se visualiza el surgimiento de ningún candidato independiente. De surgir, tendrán que empezar a moverse los aspirantes a más tardar el próximo mes, porque en el electorado del Estado de México la característica general es que sufragan por quien conocen.
Claro, al margen de quienes repartan más recursos a las comunidades urbanas marginadas y a las siempre leales regiones rurales.