Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de agosto de 2016.- Como si fuera un personaje, más que una nación, las historiadoras brasileñas Lilia Schwarcz y Heloisa Starling escribieron de manera conjunta una biografía de Brasil, el gigante sudamericano.
Brasil, una biografía, editado por Debate, presenta en 892 páginas un recorrido por la historia brasileña, desde su “descubrimiento” en el siglo 15, pasando por el sistema esclavista cuyas secuelas aún se viven en la discriminación, su guerra para independizarse de Portugal, sus coqueteos y romance con un sistema de gobierno monárquico, los populismos, las dictaduras y la democracia.
En entrevista telefónica con Quadratín México, Schwarcz refiere que Brasil no es para principiantes, que es el país de las contradicciones, donde el racismo es un tema controversial, donde apenas se ha comenzado a atacar a la corrupción, y donde como otros países que han sido colonia, se empeña en mostrar una imagen al mundo, proyectada en el Mundial de futbol de 2014 y ahora con los Juegos Olímpicos de Río 2016, pero que dista de ser el Brasil real, en el que previamente hubo manifestaciones y donde el presidente interino Michel Temer fue abucheado sonoramente en plena inauguración de la justa olímpica.
Un momento paradójico por la situación política que vive y por los Juegos Olímpicos y donde no será necesario esperar el fin de estos para que viva su resaca, la que ya inició, consideró.
“La resaca está aconteciendo ahorita porque usted puede ver cómo no se oía el nombre del presidente interino en la apertura de los Olímpicos cuando dicen están inaugurados, se escuchó un abucheo de 65 decibeles, él no podía hablar, no podía decir nada. Los periódicos están llenos de escándalos, empresarios muy poderosos están yendo a prisiones. Es muy interesante, el país no se quedó para ver los Juegos. Hubo toda una discusión previa de si se podían prohibir las manifestaciones contra el gobierno, no se podían, estaban prohibidas, ahora sí se puede, entonces es muy importante observar esto, están aconteciendo estas dos cosas al mismo tiempo: la fiesta y la reacción”.
Una biografía no oficial
– ¿Qué puede encontrar el lector en esta biografía que nos presenta al Brasil no sólo de los Juegos Olímpicos, sino el de la esclavitud presente en su historia, su sincretismo, su pobreza, su discriminación?
– No es una biografía oficial, siempre hacemos chistes porque es la biografía de un personaje como nosotros, con muchos contrastes que puede ser muy moderno y tradicional, muy benevolente o muy violento, un país que se presenta como una democracia racial pero fue el último país en abolir la esclavitud, que recibió 40 por ciento de su población que tuvo que salir de su continente (África) de una forma compulsiva. Es un libro de muchos contrastes que dialoga mucho con el momento presente que está experimentando en este momento.
– ¿Qué contradicciones principales tiene Brasil?
– Brasil es un país muy difícil, nosotros usamos una frase: ‘Brasil no es para principiantes’, teníamos un desafío de comprender el país que no es ‘sí o no’, sino que es las dos cosas. No es solo esto o eso, es esto y esto, es un país muy tecnológico que [en la inauguración] se vio muy bien, no se vio el conflicto, se vio armónico, entonces se incrementaron las imágenes de Brasil que es un país cordial, pacífico, con historia y pasado.
– ¿Cómo ayuda el libro a comprender el actual momento que en el país aparecía en la primera década de este siglo como un país emergente exitoso, pero ahora está en una crisis por el impeechment contra Dilma Rousseff y las críticas por los Juegos Olímpicos?
– El libro está escrito sobre una base metodológica que nosotras decimos es un libro de continuidad y de permanencia. Continuidad porque el camino para la democracia, está muy difícil, está muy difícil, el impeechment, la cuestión es también entender la vitalidad democrática del país. Por otro lado, hay muchas cosas, reproducciones de una misma historia, por ejemplo, la cuestión racial de la cual no se habla en Brasil.
– ¿Es un tema tabú?
– Totalmente, la segunda cuestión de la gran propiedad que es muy fuerte en Brasil, como en México, los poderes están muy vinculados a esos delitos. El tercer tema son los valores republicanos del país porque las personas no piensan en términos del poder público, piensan en un tema de poder privado, de razones privadas. La corrupción es uno de los grandes problemas de los brasileños ahora, es parte de su crisis actual, es una cuestión que podemos ver desde que era un país colonial. Eso debe cambiar. Es parte de una crisis política económica y cultural también. Es un libro de dos historiadoras muy identificadas con su país que de alguna manera quieren ver un nuevo capítulo, los valores de la república, eso está el final del último capítulo del libro.
– ¿Cómo ve el actual momento brasileño?
– Si alguien le dice a usted qué va a pasar en Brasil, esa persona no le está diciendo la verdad, no hay un ciudadano que sepa qué va a acontecer, lo que puedo decir en medio de equivocarme es que está aprehendiendo a corruptos y corruptores y eso es muy nuevo. Vamos a aprender alguna cosa de esto, la justicia tiene que ser para todos e igualdad es muy nueva porque tenemos en las prisiones a varios muy poderosos, entonces es la primera vez que tenemos esta experiencia, que la corrupción es una cosa que no se puede cerrar uno de los ojos. Esto es una nueva perspectiva que podemos cambiar, no es nada fácil ver un país con tantas utopías.
– ¿Están en una encrujijada?
– Brasil está en un momento tan paradójico con las olimpiadas acá.
– ¿Por qué?
– Eso también era un problema de Brasil, querer ser el país de la Copa del mundo y también el de las Olimpiadas, entonces el gobierno empezó a hacer una serie de make ups, a hacer una decoración para retocar las cuestiones más fundamentales del país, el transporte público, la salud, la educación, entonces cómo se puede hacer un país del futuro sin tener ganas de cambiarlo, solamente hacer cosas lindas, pero sin que nada sea para el país, es solo para mostrarlo internacionalmente.
“Esto no funciona más para los brasileños, este libro dice en su conclusión porque hablamos de manifestaciones de 2013 que ya era un indicio que el país estaba cambiando muy rápidamente. La última parte del libro es la historia que está corriendo mucho, nosotras como historiadoras no queremos mucho pronosticarlo”.
– ¿Hay dos Brasil, el de los Juegos Olímpicos para el exterior y el real?
– Exactamente, el país de la proyección internacional y el real, y los brasileños cuando las olimpiadas estén terminadas vamos observar ese Brasil real de nosotros que vivimos, que nos gusta y nos disgusta al mismo tiempo.
– ¿Ve que estamos en algo similar en América Latina o que hace diferente a Brasil?
– Brasil tiene un proceso muy distinto, hubo una monarquía muy popular, hablamos de la realeza que hubo en Brasil, sé que en México la experiencia con Maximiliano de Habsburgo fue muy pequeñita comparada con Brasil. Luego pasó por populismos, dictaduras y ahora pasamos con problemas comunes como la droga, el gobierno de la droga. Esta imagen muy brasileña y mexicana, de ser un país muy alegre y al mismo tiempo los extremos de la fiesta y la violencia. Si una persona extranjera pregunta si Brasil no es un país de la fiesta, sí, sí es un país de la fiesta; si pregunta si es un país violento, sí es un país violento, quiere decir es un país de lógica del ‘sí’ y del ‘no’. Al mismo tiempo, Brasil se piensa muy distinto de la América Latina, es muy interesante, concluye.