Itinerario político
Rara Avis
Don Teodoro Rentería, querido hermano, estoy pensando, con gerundio, qué decirte, por ese indulgente escrito tuyo. Agradecerlo a ti y a tu familia. A Silvia, por supuesto al frente. Y por Rara Avis, humildemente, preguntarte. A ti, claro, como hombre inteligente, si ese adjetivo lo conjugo en tres, debo entender: Gallo, por enamorado. Colibrí, por incesante. Y por culto, Tecolote.?
Se te secó el cerebro abuelo, diría mi amado nieto Jorge, el médico, en son de broma. Recurro, entonces, a decir algo verdaderamente interesante: Cuando leemos textos de Jorge Luis Borges no podemos quedarnos con ellos. Sino en utilizarlos en nuestro favor, como ahora, para ponerlos al alcance de ustedes. Y disfrutarlos con el entusiasmo de quien goza la prosa bien estructurada y contagiosa.
Cada hombre encuentra el camino que antes imaginó en su mente. Después de un tiempo uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y aprende que el amor no sólo significa acostarse con alguien. Y que una compañía no significa seguridad. Y así uno comienza a aprender. Que los besos no son contratos Y los regalos no son promesas. Y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza en alto y los ojos abiertos.
Y aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro. Y el futuro tiene forma de caerse en la mitad. Después de un tiempo también aprende que si es demasiado hasta el calor del sol quema.
Y así uno planta su propio jardín y decora su propia alma. En lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y aprende que realmente uno puede aguantar, porque uno es realmente fuerte, y realmente vale, y aprende y aprende. Y cada día uno aprende, a pesar de los golpes y el sufrimiento.
Y con el tiempo comprende que sólo quien es capaz de amarnos con nuestros defectos, sin pretender cambiarlos, puede brindarnos toda la felicidad que uno desea.
Con el tiempo también aprendemos que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando toda la vida a quien herimos con ofensas. Con el tiempo uno aprende que disculpar cualquiera lo hace, pero que el perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo nos damos cuenta que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
También aprendemos que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecio multiplicados al cuadrado.
Que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo aprendes. Con el tiempo aprendes que si estas al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, Irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo comprendes que los verdaderos amigos son contados, Y que quien no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo comprenderás. Que si hemos herido a un amigo en forma dura. Muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta. Aunque seas feliz con tus amigos, Algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta. De que cada experiencia vivida con cada persona, es única e irrepetible.
Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy. Porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.
Con el tiempo comprenderás: Que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen. Ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta. De que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que vivías justo en ese instante.
Con el tiempo verás que, aunque seamos felices con los que están a tu lado, añoraremos con intensidad a los que ayer estaban con nosotros. Y hora se han marchado.
Con el tiempo aprendemos que intentar perdonar o pedir perdón ante una tumba. Decir que amamos. Decir que extrañamos, Decir que necesitamos…decir que queremos ser amigos, ya no tiene ningún sentido.
Todo esto desafortunadamente lo aprendemos con el paso del tiempo. Oh inexorable tiempo que todo te lo llevas, menos el sufrimiento.