Ha*Ash vuelve al Auditorio Nacional y deja sin aliento a sus fans
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de septiembre de 2016.- Finalmente, luego de casi dos horas de retraso a lo programado, las cenizas de Juan Gabriel reposan sobre un pedestal negro, en el vestíbulo y bajo la cúpula principal del Palacio de Bellas Artes.
Al son de 19 integrantes Mariachi de Mi Tierra, el tenor Fernando de Mora interpretó Amor Eterno, tema del cantautor nacido en Parácuaro, Michoacán, que hiciera famoso la también fallecida Rocío Dúrcal, justo cuando Iván Gabriel Aguilera entró cargando la urna que contienen los restos de su padre.
Enseguida, enfundada en un traje de charro, Aída Cuevas continuó con las melodías Te Lo Pido Por Favor y Te Sigo Amando.
Diferentes personalidades e invitados especiales como los gobernadores de Michoacán y Chihuahua, Silvano Aureoles y César Duarte, respectivamente, el director de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), Roberto Cantoral Zucchi, encabezados por el secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, y la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García Cepeda.
Las guardias de honor no se hicieron esperar en las exequias de Alberto Aguilera Valadez con familiares y amigos, al tiempo en que se dejó ingresar al público en general al máximo recinto de mármol para despedir al Divo de Juárez.
“Como quisiera que tú vivieras, que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca y estar mirándolos…”, coreaban admiradores que esperaron desde temprana hora de este lunes 5 de septiembre, cuando por fin se brindó un homenaje póstumo a Juan Gabriel, en el lugar que hizo suyo en tres conciertos.
El silencio reinó cuando el Mariachi que lo acompañó en sus presentaciones dejó de tocar, para bajar de las escalinatas y hacer una reverencia frente a las cenizas de la inigualable estrella que sigue brillando después de su muerte.