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CIUDAD DE MÉXICO, 6 de septiembre de 2016.- Desde los seis años de edad en la vida de la señora Sara Caballo, Juan Gabriel “vive” en su casa.
“Todos los días lo escucho, a todos horas pongo sus canciones. Ahí vive conmigo y ahí vivirá siempre”, dice la gran admiradora desde los inicios del cantautor nacido en Parácuaro, Michoacán, en 1950.
Entre una interminable fila de fans, la señora Sara se hacen notar porque carga un cuadro realizado por ella misma con las portadas de los álbumes, donde muestra que en ese entonces contaba con toda la discografía del cantautor e intérprete de música popular mexicana.
El 10 de mayo de 2005 fue uno de sus días más felices cuando el mismísimo Divo de Juárez le autografió la obra con las portadas de sus discos a escala.
De ese recuerdo, compartió a Quadratín México que le quitó las portadas a sus materiales discográficos y los hizo pequeños. “Juan Gabriel me lo firmó”, evoca con alegría mientras se dibuja una sonrisa en su rostro.
Mientras espera sin percatarse de las horas que lleva haciendo fila en la Alameda Central para ingresar al Palacio de Bellas Artes a despedir a su ídolo, la señora Sara comparte que incluso Juan Gabriel le recibió el cuadro y se lo dio a su gente.
“No Juan Gabriel, esto es mío, quiero que me lo firmes”, le dijo, y fue entonces que Alberto Aguilera Valadez accedió a plasmar su autógrafo.
El señor Manuel Ruedas acompaña a Sara, mientras que él carga la fotografía enmarcada de su esposa junto a Juan Gabriel, también como recuerdo de aquel irremplazable Día de las Madres.
“Era mi sueño, era todo lo que quería en la vida y lo conocí cuatro veces”, intercede de nuevo la fiel admiradora que vio por primera vez al Divo en el Auditorio Nacional, después en palenques y en la Plaza de Toros.
Aunque todas las composiciones musicales del artista mexicano le gustan, asegura que el tema Abrázame muy fuerte es su preferido, pues siempre la hace temblar, llorar y sentir muchas cosas, hasta cierto punto, “su vida, la mía, dice mucho de lo que uno vive”.
Este día más que otros, Sara dirá hasta siempre a su artista adorado y no le importa esperar horas para acercarse a la urna de sus cenizas y comprender aún más la letra de su canción favorita.