Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Startups: de la innovación a la transdisciplina
Multi, inter, trans, mono; prefijos de una actividad tan humana como la gastronomía. Pocos animales pueden presumir de comer sus alimentos de una manera tan creativa como los seres humanos, de hecho trato de pensar en alguno y simplemente no logro dar con alguno que pueda incendiar el sentido del gusto por medio de composiciones culinarias que deleitan a la vista y al olfato antes de siquiera entrar en contacto con las papilas gustativas.
La disciplina académica no es muy distinta en cierto sentido a las actividades más humanas por excelencia, trata de transformar al mundo de tal modo que sea más apetecible para alguno de los sentidos del propio ser humano. Hacemos composiciones de la realidad para que el intelecto humano pueda no sólo comprenderla de mejor forma, sino degustarla, digerirla y usarla en su beneficio sistemático –así como digerimos una deliciosa ensalada que aportará beneficios fisiológicos a nuestro cuerpo.
Nuevas formas de hacer las cosas hoy día desafían por completo todo estereotipo o método tradicional para dar como resultado (después de un arduo trabajo) platillos –gastronómicos, intelectuales, tecnológicos, financieros, informáticos y un largo etcétera- exquisitos. Así, muchas actividades humanas están rompiendo paradigmas muy arraigados, y la manera en que hacemos Ciencia no puede ser la excepción.
La transdisciplina (explicada en lo general en la primera entrada de mi blog.suemirodriguezromo.org) aplicada al mundo social y productivo puede ser la base sobre la cual se detone el desarrollo económico de un país; por medio del principio que está revolucionando muchas de las actividades humanas: la innovación.
Aunque es una palabra de moda y muy usada y desgastada, la innovación que ofrece la transdisciplina surge de un ambiente naturalmente lejano y desestabilizador de los paradigmas usuales de construcción de ideas, proyectos y productos, entre otros. Y sin invalidarlos, muestra nuevas rutas que en las perspectivas tradicionales no se habían dado.
Así es como llegamos a quienes están cambiando la manera de hacer muchas cosas en la humanidad: Las startups, estas empresas de nueva creación-generalmente con un fuerte componente tecnológico- que presentan grandes posibilidades de crecimiento y, en ocasiones, logran constituirse en modelos de negocio altamente rentables y escalables.
El caso clásico es el de las que se relacionan con las TIC’s ya que su financiamiento es sensiblemente inferior a las de otro ramo y las necesidades del consumidor son cada vez mayores, sin contar, con que estos startups tienen la capacidad de generar su propio mercado. Claro, la competencia es mucha y global, es ahí donde una buena educación, disciplina y capacidad creativa son los únicos factores que hacen la diferencia.
En este rango se encuentran los orígenes de Google, Twitter y Facebook, donde además del conocimiento computacional se puede notar una fuerte influencia del diseño, un amplio conocimiento del comportamiento social, un vasto componente de estrategias de mercado y también la implementación de procesos de generación de inteligencia para la toma de decisiones en los negocios. En conjunto el mapa es claro: existe un desarrollo transdisciplinario. En los tres casos se pasó de startups financiadas ya sea por recursos propios, de familiares y amigos con un puñado de empleados, a grandes empresas con un modelo particular de desarrollo que dicta las reglas en esta nueva dinámica de interacciones humanas (desde los negocios hasta la amistad se han visto influenciadas).
No todo es miel sobre hojuelas con el tema de las startups; muchas de ellas desaparecen prematuramente sin llegar a tener si quiera un modelo de negocio. Esto sucedió con Instagram, absorbida por Facebook. Donde las más de las veces se pierde el capital invertido, lo cual es casi siempre irrelevante porque normalmente es muy poco.
Según Forbes, entre las Startups que hay que observar como posibles grandes éxitos en 2016 se encuentran las siguientes;
Alodokter es una plataforma que contiene amplia información sobre medicamentos, enfermedades, rutinas de ejercicio y otros elementos del cuidado de la salud. Los usuarios registrados también pueden asesorarse por médicos certificados. Fundada en el año 2014 por Nathanael Faibis tiene un financiamiento actual de; selva Ventures, Capital de riesgo Fenox, Golden Gate Ventures y Lim Der Shing. Este es un ejemplo clásico de transdisciplina entre médicos de distintas ramas, nutriólogos, fisioterapeutas, matemáticos, expertos en cómputo y psicólogos, entre otros.
Patreon. Fundada en 2013 y actualmente con más $ 17 millones de dólares en recaudación de fondos, fue puesta en marcha por Alexis Ohanian y Sam Altman. Patreon es una plataforma que permite a los creadores de contenido como; YouTubers, fotógrafos, músicos, autores, escritores, entre otros artistas, exponer parte de su trabajo con la finalidad de obtener el apoyo financiero de sus fans. La comunidad actualmente está conformada por alrededor de 2000 creadores. La transdiclipina es clara en la misión de esta startup.
Inverse. Fundada en el año 2015 esta startup es una empresa de medios impulsados por la tecnología que cubre las últimas noticias, TV, películas, música, cultura digital, ciencia e innovación para un público masculino del milenio. Con más de 20 empleados, algunos de sus inversores incluyen socios de Greycroft, Capital de reticulación y Rothenberg Ventures. La transdiclipina que subyace a esta startup es también muy evidente.
Sólo por mencionar algunos de los ejemplos más evidentes.
Concluyo con una reflexión muy simple. Las formas tradicionales de hacer las cosas tienen por supuesto un valor en el quehacer de la humanidad, desde la gastronomía hasta la Ciencia encontramos métodos tradicionales fantásticos; sin embargo, el no buscar nuevas formas puede llevarnos las más de las veces a estancarnos en zonas de confort que en muy poco soluciona los grandes problemas. Pero si hablamos de quienes realizamos trabajo científico, tecnológico, artístico, farmacéutico o de cualquier otra índole en el siglo XXI, debemos ser capaces de desafiar las barreras entre unas y otras disciplinas si queremos seguir descubriendo más y mejores maneras de resolver los complejos problemas de la sociedad.
Siempre he sido una mujer abierta a la posibilidad de aprender de cualquier persona, especialista o no en cualquier área, en ese sentido es que estoy segura que enfrentar este tipo de barreras es una decisión que quizá nos aísle de la mayoría (lo diferente suele tener ese efecto) pero que estoy segura puede llevarnos a descubrimientos insospechados y/o empresas legendariamente exitosas, no solamente por su capital, sino mejor aún por su impacto favorable en la sociedad y eso es algo que no podremos saber si no tomamos el riesgo de trabajar juntos viendo, haciendo y concibiendo las cosas de manera distinta.
Gracias de nuevo por el interés en la columna y en los temas tratados en mis diversas redes, les agradezco de antemano todos los comentarios e inquietudes que recibo día con día.
Suemi.