Caminos artesanales, puente de esperanza para regiones indígenas
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de septiembre de 2016.- El sólo placer de conducir se halla contenido aquí, intangible. Son de aquella época del viento y la adrenalina, sin teléfonos móviles, GPS o Waze: 130 automóviles y 18 motocicletas que cada mañana se revalorizan, gestas del diseño industrial del siglo 20, embajadores del pretérito, reunidos en la magna exhibición de autos antiguos en México: Retromobile 2016, en el Centro de Exposiciones y Congresos (CEC) de la UNAM.
Por segunda ocasión, según un comunicado, la Universidad Nacional Autónoma de México hospeda esta exhibición, organizada por la Federación Mexicana de Automóviles Antiguos y de Colección (FMAAC), la cual según su presidente, Luis Silva y Gutiérrez, no repite un sólo auto de la edición anterior.
“Es una exposición sui géneris, de autos clásicos y de colección que es muy difícil verlos; son princesas de garaje, coches que no salen a la calle. Nosotros somos personas que tenemos ‘el mal del fierro’, nos gusta restaurar, preservar y, como dicen por ahí, ‘algunos cuelgan sus obras de arte, nosotros las rodamos’”, comentó Silva y Gutiérrez.
Así, el CEC de la UNAM funge como un atípico estacionamiento. Los modelos están mayoritariamente agrupados por marcas en cinco líneas horizontales y dos verticales en las orillas. Se congrega el cromo, el acero, la llanta cara blanca, pero ante todo se desbordan las evocaciones y los recuerdos.
Para completar un fin de semana sobre ruedas, se dictarán 11 conferencias de expertos, en temas que van desde la colección, compra y restauración, hasta la economía y medidas de seguridad.
A bordo
Es la historia contemporánea tras el volante, que inicia con el Ford A 1903, el breve Velorex de tres ruedas forrado en piel ocre, la mirada sobre el hombro de los Ferrari Testarossa en rojo y negro, los Mercedes Benz “alas de gaviota” o la ronquera de los Mustang de hasta 500 horse power.
Únicos e irrepetibles, algunos nunca antes se habían exhibido. Todos originales, como el Oldsmobile 1951 que perteneció a Pedro Infante; el Thunderbird menta 1956 de Agustín Lara; el oscuro Chrysler de Gustavo Díaz Ordaz, o el modesto y laborioso Safari 1976, pieza ensamblada en la Volkswagen de Puebla.
Lo onírico no falta: desde Ciudad Gótica llegó el mítico Lincoln Futura 1954, el Batimóvil, con el que el actor Adam West personificado hacía volar su capa.
Tras fecha cumplida, el 21 de octubre de 2015, un DeLorean arribó al futuro, casi un año después en plena Ciudad Universitaria, sin McFly ni el doctor Brown.
Luis Silva y Gutiérrez agradeció el apoyo de la UNAM para la realización del evento “en un lugar semillero de ingenieros, diseñadores y amantes del automovilismo”.
Retromobile 2016 se presenta en el Centro de Exposiciones y Congresos de la UNAM, avenida del Imán 10, los días 23, 24 y 25 de septiembre de 11 a 18 horas. Habrá descuento para la comunidad universitaria con credencial vigente. Hay servicio de estacionamiento en Universum, Museo de las Ciencias.