Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
El centenario de dos periódicos, la competencia de los noticieros televisivos y la falta de credibilidad
+ A María Davish Cordero, Carlos Trinidad Zaldívar y Luis González de Alba
El sábado pasado, el diario El Universal, llegó a sus cien años de vida. El periódico, fundado por el tabasqueño Félix Fulgencio Palavicini, nació con el lema “Diario Político de la Mañana”, el cual fue modificado en 1922 por “El gran diario de México. Hablar de El Universal, es hablar de varios diputados constitucionalistas que dirimieron a través de las páginas del rotativo la conformación de lo que fue la Constitución de 1917.
Pero también, es hablar de mi abuelo, que fue reportero fundador y falleció en 1954, siendo subdirector de Información. Este diario sin lugar a dudas ha sido muy importante en la historia de México y una gran escuela para quienes ejercemos el periodismo. Trabajé en ese diario dos años.
Pero la permanencia de El Universal a lo largo de los últimos 40 años, no se entendería sin Juan Francisco Ealy Ortiz, sobrino del político y empresario Nazario Ortiz Garza, quien desde que asumió la dirección empresarial logró modernizar esta empresa periodística y evitar que se fuera a la quiebra. Ealy tuvo que lidiar al principio de su administración con siete sindicatos para poder sacar adelante la empresa. Ealy también fue a la cárcel en el sexenio zedillista por evasión fiscal.
Pero El Universal, no es el diario más longevo de México. El 16 de septiembre de 1898 nació “El Dictamen” de Veracruz. Su fundador Juan Malpica Silva, había trabajado en el desaparecido diario capitalino “El Imparcial”, que cerró a principios del siglo pasado.
El año entrante, el 18 de marzo para ser más concretos, otro gran periódico, Excélsior, llegará al centenario. Ahora, la empresa pertenece a Olegario Vázquez Raña, quien se apoderó de esta ex cooperativa en una sospechosa operación financiera. Actualmente, varios de los integrantes de la cooperativa que editó ese diario por más de 60 años, siguen peleando en los tribunales sus respectivas liquidaciones.
Desde hace un par de meses los noticieros televisivos entraron en una transformación y en una abierta competencia.
En Televisa, el noticiero estelar lo lleva Denise Maerker Salmón, con diferente formato y contenido al de Joaquín López Dóriga, el cual aceptó que hay un cambio generacional y una forma distintas de ver y leer noticias, pues las redes sociales han venido ganando terreno ante una audiencia de centenares de millones de personas tanto en México como en todo el mundo.
Ahora, con la inminente entrada en operación de la tercera cadena de televisión
— habrá un noticiero que encabezará Ciro Gómez Leyva, para Grupo Imagen Multimedia, con el respaldo del diario Excélsior y los noticieros radiofónicos del grupo Imagen–, en el horario estelar de las 22 horas, estarán en competencia:
Denise Maerker de Televisa; Javier Alatorre de Televisión Azteca; Alejandro Cacho, en El Financiero-Bloomberg; José Cárdenas, en Uno TV de Carlos Slim; Enrique Muñoz, en Tele Fórmula y los noticieros gubernamentales, como el del Canal 11 y Canal 22, así como el espacio de Carmen Aristegui, en CNN en español. En canal 40 habrá una modificación en su noticiero estelar donde conduce Hannia Novell. Dicen que en este espacio se incorpora Nestor Ojeda.
Por primera vez, los mexicanos tendremos un abanico de posibilidades para escoger el noticiero televisivo que más nos convenza por sus contenidos, puesto que, si estos consorcios no hacen un periodismo diferente para la televisión, seguramente se quedarán rezagados ante los nuevos espacios de la WEB y los nuevos noticieros radiofónicos que están manejando información real en el momento mismo en que se produce, así como las redes sociales.
Ahora, lo que está en juego, es la credibilidad y la abierta comercialización de los productos informativos. La apertura del sector de las telecomunicaciones en este sexenio, permitirá al espectador buscar el contenido de la más alta calidad periodística, así como un espacio de crítica y análisis, que, si estos nuevos espacios no tienen, serán encontrados de todos modos a través de Internet.
E insisto: que en estos tiempos se hace todavía más necesario adaptarnos a esta nueva revolución tecnológica, para no quedar relegados. Y si los medios de información, como negocio, no logramos la captación de mayores audiencias, difícilmente podrán comercializar sus espacios, en esta sociedad interconectada y global del nuevo milenio. Y así como nacen y proliferan, no durarán en el mercado y morirán. Es la ley de la oferta y la demanda.