La nueva propaganda es tan vieja como siempre/Felipe de J. Monroy
Así debemos responder
Repito una frase del poeta Octavio García: “Dar por muerto al PRI es un error. El poder es su osamenta…”
En este mismo tenor, se nos ocurre contar, una anécdota, no cuento, a fin de justificar, como contestar al fisco, con decencia, ironía y sin dolor:
Al final del año fiscal, la oficina del ISR envía a un inspector para auditar los libros de cuentas de un hospital local.
El agente del IRS empieza a revisar los libros y de pronto se vuelve hacia el director financiero del hospital:
Veo que compran grandes cantidades de vendas.
¿Qué hacen con el trozo sobrante del rollo cuando es demasiado corto para ser de alguna utilidad?
«Buena pregunta», señala el ejecutivo.
«Los recogemos y los enviamos de vuelta a la fábrica de vendas y así ellos nos envían una caja gratis de vendas cada cierto tiempo.
«Oh» respondió el auditor, sorprendido de que esta pregunta inusual tuviese una respuesta práctica.
Pero inquiere por otras cuestiones, con su tono desagradable:
¿Y qué hay de todas estas compras de yeso? ¿Qué se hace con lo que queda después de escayolar a un paciente?
Ah, bueno», responde el gerente consciente de que el inspector trata de atraparle con una pregunta sin respuesta. «Ahorramos y lo enviamos también de vuelta al fabricante, y ellos nos envían un paquete gratuito de yeso de vez en cuando.
«Ya veo», responde el auditor.
«Bueno y ¿qué se hace con todos los sobrantes de las circuncisiones que se realizan?»
«Aquí, tampoco tiramos nada», respondió el director financiero:
“Lo que hacemos es guardar todos los pequeños cueritos. Vaya, la basura, y los remitimos a la oficina de ISR.
Y esa oficina del gobierno la recicla y también, una vez al año nos la re envía. Convertida en uno. Como usted.