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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de octubre de 2016.- Al señalar que el ejercicio local de Gobierno abierto es la oportunidad para intentar recuperar el vínculo entre autoridades y población y ganar espacios que la desconfianza abre a los poderes fácticos, incluida la delincuencia organizada, el comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), Joel Salas Suárez, afirmó que el Gobierno Abierto ya no es una opción, es una demanda de la población, afirmó, al señalar que “contra la corrupción, la desigualdad y la inseguridad, los ciudadanos y las autoridades debemos demostrar que podemos respaldarnos mutuamente, de forma pacífica y con paso firme rumbo al México justo que todos queremos”.
En Chilpancingo, Guerrero, el comisionado apuntó que el hambre, la falta de acceso al agua, la deficiencia de los servicios de salud y educación, la falta de empleo y otros problemas se hacen visibles en las colonias y las comunidades de los estados y municipios.
A esto agreguemos, dijo, que se mantienen los poderes fácticos como los monopolios, sindicatos, caciques regionales, partidos políticos deslegitimados, e incluso otros como “el crimen organizado que asola a algunos estados y municipios del país, como en Guerrero”.
En ese sentido, Salas Suárez expuso que en la última década, la tasa de homicidios en Guerrero ha aumentado en un porcentaje que rebasa el 300 por ciento, que lo coloca como el estado más violento de México, por encima de Morelos, Sinaloa y Michoacán, según el análisis Índice de Paz México 2015 del Instituto para la Economía y la Paz (IEP).
“Los municipios guerrerenses de Acapulco y Chilpancingo, la capital del estado, se ubican dentro de las cinco ciudades más inseguras del país por tener los índices más bajos de paz”, alertó.
Joel Salas insistió en que para recuperar los espacios que han ganado los poderes fácticos, es necesario deshacer el divorcio entre autoridades y población, lo que puede ser resuelto a través del Gobierno Abierto.
El Gobierno abierto, manifestó, consiste en la conjunción del acceso a la información pública, la rendición de cuentas y la participación ciudadana, para facilitar la definición de estas agendas que mejoren la vida cotidiana.
“Para controlar el ejercicio del poder, es necesario que las autoridades rindan cuentas de sus decisiones y que la ciudadanía pueda intervenir en los asuntos públicos entablando comunicación y colaborando con ellas. Para que haya ambas, rendición de cuentas y participación ciudadana, se requiere información pública”, enfatizó el comisionado del INAI.