Abanico
Déjame pensar.
A pesar de lo hermosa que la vida puede ser, es cierto que a menudo nos encontramos con momentos de tristeza y soledad.
Todos pasamos por días similares. Donde nos negamos a ver las cosas maravillosas que nos rodean. Pero vemos las situaciones o problemas diarios más difíciles y complicados de lo que realmente son.
Hoy la vida quiere darnos algunos mensajes. Algunos consejos que hemos reunido a lo largo de la vida. Ella y yo, los compartimos:
En caso de duda, toma el siguiente paso: Estás a cargo de tu felicidad. Solo tú. Lo que otros piensen de ti no es asunto tuyo.
Llorar con alguien alivia más, que llorar a solas.
Está bien enojarnos con Dios. Él puede soportarlo.
Respirar profundo calmara tu mente.
Haz las paces con tu pasado para no arruinar tu presente.
Si una relación tiene que ser secreta, entonces no deberías estar en ella.
No compares tu vida con la de los demás. No sabes cómo ha sido su camino.
La vida es demasiado corta para desperdiciar el tiempo No odies o envidies a alguien.
Lo que no mata realmente te hace más fuerte. Nunca es tarde para tener una infancia feliz. Pero la segunda oportunidad solo corre por cuenta tuya.
Cree como nosotros, ella y yo, en los milagros.
Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no aceptes un” no” por respuesta.
Tu trabajo no te cuidara cuando estés enfermo. Tus amigos y familiares lo harán. Mantente en contacto con ellos.
Siempre escoge vivir. No tienes que ganar cada argumento. Recuerda que puedes estar de acuerdo o en desacuerdo.
Olvida lo malo de todos. No olvides que el tiempo lo cura todo. Date tiempo.
Cualquiera que sea tu situación, buena o mala, cambiara.
Recuerda que el Señor te ama por lo que eres, no por lo que fuiste o hiciste.
Y que el envejecer es una mejor alternativa que morir joven.
Si tiramos nuestros problemas a la basura, y vemos los de los otros, seguramente regresamos a los nuestros.
Nunca debemos olvidar. La experiencia nos lo dicta. Lo importante al final de este camino, es lo que amaste. Y el nuevo amor.