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CIUDAD DE MÉXICO, 29 de octubre de 2016.- En un viaje desde el pasado, por canales donde la luz es el camino para llegar al Zócalo, 120 trajineras arribaron a la Plaza de la Constitución para revivir, como una ofrenda a los difuntos, un lugar que se fundó sobre el agua: Tenochtitlan.
La noche de este sábado, la luz de esas ánimas adornadas con flores de cempasúchil confirmó a capitalinos y visitantes, que el Día de Muertos es la tradición más viva de México.
Previo al desfile que se realizó del Ángel al Zócalo, la artista visual Betsabeé Romero, –cuya obra Canto al Agua es la megaofrenda del Zócalo– explicó que en la noche se iluminarían los alrededores para simular que van sobre agua, como si fueran Xochimilco.
Romero aprovechó para explicar que cada una de las 120 trajineras es un símbolo de diversos problemas que azotan a México.
Las luces rodearon entonces al Zócalo, donde cientos de familias capturaron esas ánimas que dormirán donde antes hubo agua, como simulando que viajan aún en busca del descanso eterno…