Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
El enjuiciamiento a los indocumentados y las trumpadas de Donald
Fueron varios meses de campaña en los que el ahora presidente electo de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, construyó su candidatura y después ganó la elección – en realidad la demócrata Hillary Clinton ganó, por cerca de 800 mil votos, el sufragio popular–, con un discurso disfrazado de nacionalista y generando promesas de convertir a su país en una economía cerrada, para regresar los empleos perdidos a los blancos y enviar a los delincuentes y narcotraficantes hacia México.
Pero lo que en verdad fue una trumpada para México fue su amenaza de deportar alrededor de once millones de indocumentados, en su mayoría mexicanos, centro y sudamericanos. Ahora, ante la CBS matizó la cifra, pero insistió en que deportará a poco más de 3.5 millones.
Ahora insiste en revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, tratando de restarle oportunidades tanto a México como a Canadá. Y los inversionistas estadounidenses, pues están preocupados, pues en realidad han hecho en nuestro país inversiones importantes y se han generado muchos empleos en México, gracias a la apertura comercial y a la globalización.
Sin embargo, esta aseveración está muy lejos de corresponder a la realidad. La economía americana genera alrededor de 200 mil empleos al mes, por lo que perder cinco mil por la decisión de una empresa de venir a México, no tiene un impacto relevante en este tema, pero para Trump y la ultraderecha estadounidense sí.
Sobre el tema de construir un muro, Donald Trump nuevamente vuelve a mentir, pues ya existen 800 kilómetros de muro fronterizo, por lo que construir unos cuantos más no cambiará la relación, ni política ni comercial. En cuanto a que México es quien tiene que pagar la construcción del muro, pues nuevamente el tipo se ha equivocado.
Aislar a la economía de Estados Unidos cancelando el Tratado de Libre Comercio, que está vigente desde el primero de enero de 1994, es un grave error ya que ambas economías junto con la canadiense han crecido con el libre comercio. Por supuesto que hay sectores en los tres países que no se han visto beneficiados, pero el efecto general sobre las tres economías ha sido muy positivo.
Lo que sí es una realidad y tiene un impacto negativo para nuestro país, es que más allá de que pueda o no implementar sus amenazas Trump, lo que sí ha provocado es mucho nerviosismo en los mercados latinoamericanos y europeos, lo que ocasionó una salida de flujos de nuestro país y la depreciación del peso frente a la divisa estadounidense y el Euro. También, ante un escenario incierto, las decisiones de inversión se difieren y esto afecta al crecimiento económico.
Aunque es de esperarse que Donald Trump vaya moderando su discurso, no lo va a modificar de fondo. Primero porque sí es parte de su equivocada visión y segundo porque tiene a 60 millones de estadounidenses que están esperando a que cumpla sus promesas. En el vecino país, las minorías siguen confrontadas y no se descartan disturbios, por el discurso de odio que muchos republicanos y no republicanos sajones siguen sosteniendo.
Nos esperan semanas y probablemente meses muy complicados en materia económica; con escenarios de muy alta volatilidad, ataques contra nuestra moneda que generarán una fuerte presión inflacionaria que seguramente obligarán a las autoridades financieras a tomar decisiones a favor de la estabilidad. En el largo plazo, la economía mexicana mantendrán sus fundamentos sólidos y las reformas estructurales comenzarán a dar resultados.
Trump ha logrado unificar al pueblo mexicano, abrirnos los ojos sobre la obligada diversificación que debemos impulsar para depender menos de Estados Unidos, tal como lo hicimos con las exportaciones, para depender menos del petróleo y sobre todo, porque ha despertado un nacionalismo mexicano, tan aquí como arriba del río Bravo.
Donald Trump, el ahora presidente electo respondió en su cuenta oficial de Facebook que si la elección en Estados Unidos se basara en el voto popular “habría hecho campaña en Nueva York, Florida y California y habría ganado más fácil y ampliamente”. La publicación ha sido compartida y comentada miles de veces. El triunfo de Trump se debe a que obtuvo más de los 270 votos electorales que se necesitan para llegar a la Casa Blanca.
Ahora hay que esperar que a Trump no se le vaya su país de las manos y comiencen a generarse hechos de violencia interraciales y los grupos hostiles no católicos, comiencen a desatar atentados terroristas.