Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Fue en una reunión privada.
En febrero pasado el secretario de la Defensa Nacional, Rafael Cienfuegos, estaba exultante.
Se reunió con legisladores y encontró especial aceptación en la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, donde le prometieron atender sus solicitudes y presentar las iniciativas necesarias.
¿De qué se trataba?
-De dar un marco legal a la participación de las Fuerzas Armadas, soldados y marinos, en labores de vigilancia que nos han encomendado. No podemos seguir en la indefinición en la que estamos –explicó.
Pero pasó el período ordinario de sesiones y no hubo nada.
Ni iniciativas, ni pronunciamiento y mucho menos cumplimiento de la palabra legislativa de acabar con la incertidumbre de soldados y marinos en la calle a expensas de doble fuego.
De un lado, los criminales con las armas apuntadas a los uniformes verde olivo.
Del otro, las organizaciones no gubernamentales cuya vida y apoyo –qué paradoja, de los recursos públicos- depende de criticar a las Fuerzas Armadas con el periodismo de pacotilla a su servicio.
CUATRO SECRETARIOS Y NINGUNA RESPUESTA
Tanta animadversión da para la condena prematura, insustancial.
Vea usted:
Los familiares de los normalistas de Ayotzinapa, atacados, secuestrados y desparecidos en el municipio perredista de Iguala y a manos de policías perredistas, han puesto su objetivo en el Ejército Mexicano cuando ninguna pista les da la razón.
Ah, pero en todos lados –Tlatlaya, Nochixtlán, etcétera- se habla de ejecuciones militares sin ninguna prueba y todos los organismos independientes y sociales atacan con fiereza a los soldados y a los militares.
En todos lados se habla de protocolos para policías federales y cuerpos castrenses, pero no se les da ninguna garantía a ellos no nada más para actuar, sino para defenderse de los embates de los grandes criminales.
Ni siquiera el asesinato a mansalva de cinco soldados de élite en Sinaloa, cuando trasladaban a un criminal de altos vuelos cercano a Joaquín El Chapo Guzmán, ha motivado a senadores y diputados para elaborar leyes.
En ese contexto ha llegado la exigencia del secretario de la Marina, Francisco Soberón, para reclamar un ordenamiento bajo el cual actuar y al cual obedecer en el combate al crimen organizado.
Es, al menos, el cuarto secretario.
Antes hicieron la misma demanda tres secretarios de la Defensa Nacional: Clemente Vega (Vicente Fox), Guillermo Galván (Felipe Calderón) y Salvador Cienfuegos (Enrique Peña), sin ninguna respuesta.
Tres sexenios y nada.
Y conste, el almirante Soberón habló ante el presidente Enrique Peña, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luz María Aguilar, y el presidente de la Cámara de Diputados, el panista Javier Bolaños.
¿Servirá de algo?
Doble contra sencillo: de nada.
PEÑA NIETO, ORADOR EN EL CONSEJO DEL PRI
Fe de erratas: el viernes pasado anunciamos aquí cómo el presidente Enrique Peña Nieto asumirá formalmente la decisión de las sucesiones en el estado de México, Coahuila y Nayarit.
También, dijimos, reaparecerá en le Consejo Político Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) el lunes 27 de noviembre.
Error craso: es domingo y la ceremonia será a las once de la mañana con un primer mandatario reivindicado como priísta desde los tiempos de Manlio Fabio Beltrones, cuando terminó la sana distancia y comenzó la sana cercanía.