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CIUDAD DE MÉXICO, 28 de diciembre de 2016.- Decepcionados, frustrados, defraudados, molestos, así es el sentir de varios ciudadanos al enterarse del mega gasolinazo de 14.2, 20.1 y 16.5 por ciento de la Magna, Premium y el diésel, respectivamente, anunciado este martes 27 por la Secretaría de Hacienda.
Quadratín México salió a las calles para escuchar la vox populi y conocer la opinión de civiles sobre el incremento en los precios promedio a nivel nacional de 15.99 pesos para gasolina Magna, 17.79 para la Premium y 17.05 para el diésel, vigentes del primero de enero al 3 de febrero de 2017.
“Ya ni la ruinan. Le suben un peso al sueldo y 10 a la gasolina, pues pobre de nosotros, se llevan entre las patas a la gente que no tiene, al ciudadano común que usa el transporte público”, dijo con indignación María Luisa Ambriz al advertir que si afectará bastante al bolsillo de las familias mexicanas por la escalada en los costos de servicio.
Bastante informada, la señora de 71 años de edad criticó que “esto es lo que trajo la Reforma —Energética—. “Tan malo el pinto como el colorado, al fin políticos, puras promesas, pero al final por el beneficio del pueblo no hacen nada”
“Con este señor nos ha ido peor, si ya nos había ido mal, ya no sabemos ni a cuál irle”, fustigó molesta alguien que ha dedicado más de 30 años de su vida a vender periódicos, medio por el cual se entera de los acontecimientos y escándalos nacionales como “esa casa de las Lomas”.
“Este señor dijo que nos iba ir bien, pero bien de la fregada”, espetó la señora María Luisa que aseguró ganar un sueldo de 120 pesos diarios con lo que tiene que sustentar servicios como renta, luz, agua, transporte público y alimentación.
Como decía Porfirio Díaz: “el mejor indio era el indio muerto” y “el mejor periodista es el calladito o condicionado. Pero aquí nos tocó vivir dice mi comadre Cristina Pacheco”, remató.
En otra voz, Alfredo Ugarte Aguirre aseguró que una vez más esta es de las situaciones que a los mexicanos los hace sentir defraudados y engañados por el Presidente de la República, quien recordó que ya no habría más aumento a los precios de la gasolina.
“Se me hace injusto y vergonzoso”, criticó. Sin embargo, aseguró que también los ciudadanos tienen la culpa por no actuar. “Pareciera que nos hemos hecho indolentes los ciudadanos y mejor nos quedamos callados”, lamentó al plantear que los mexicanos se “deben poner las pilas” para: “ya basta”.
Hasta hace nueve meses, el señor Ugarte Aguirre aseguró que tenía al Ejecutivo federal a como un gran Presidente pero ahora los mexicanos siguen en una inercia de malestar y desastre. “Como a que al Presidente no le han funcionado las cosas”, remató.
La señora Pilar Maciel se declaró impactada por una medida del Gobierno federal que consideró le pega directamente a la clase trabajadora.
“Seguimos mal económicamente y todo va subir en cascada, todo aumentará, no sólo la gasolina y nuestros salarios y mi pensión no aumentan”, vapuleó al asegurar que “este gobierno es un total fraude”, pues siempre prometen muchas cosas que no se ven reflejadas en los bolsillos; “ahí está el pueblo que pague y ‘ellos’ roban”
Al señor Norberto simplemente se le hace injusto para la economía de las familias, la cual vaticinó que terminará severamente afectada.
El señor Samuel, un ciudadano estadounidense y trabajador en el país, consideró desproporcionado año con año el aumento al salario mínimo en unos cuantos pesos cuando también se incrementan los combustibles en más del 20 por ciento.
Sin embargo, dijo que lo que más le preocupa a la gente de Estados Unidos que viene a México es la cuestión de la seguridad.
Diferente a las opiniones de quienes se sienten defraudados por la decisión del Gobierno de la República respecto a la liberación de las gasolinas, para el señor José Luis González la situación que vive el país es justificada; aunque entiende que es molesta, pues se prevén repercusiones inflacionarias, confió que en el largo plazo México vivirá una economía real.
En principio, “todo este proceso que vivimos de cambios tiene un costo para toda la sociedad, pero creo que es necesario vivir este proceso”, aseguró al referirse a la dependencia de empresas que han sido monopolios y que han provocado una situación difícil para los mexicanos.
Ve con buenos ojos que Pemex “adelgace”, así como que la inversión privada y extranjera llegue al negocio de las gasolinas.
“Es muy difícil cuando el presidente Enrique Peña Nieto dice vamos a tomar esta medida, pero el contexto de este momento es otro muy difícil y problemático, y es obligación del gobierno tomar las medidas que considere correctas aunque a corto plazo tengan un costo muy elevado para la propia sociedad”, apuntó.
Dijo que más irresponsabilidad sería no tomarlas, pues las definiciones económicas repercuten en la gente, y tarde o temprano los mexicanos lo pagarán.
Recordó que el año pasado se ingresaron alrededor de 600 mil vehículos al país, “en la capital serían como 300 mil”, según eso se ha percibido en la Ciudad de México, cuando a nivel mundial se han tomado medidas para que la gente deje de usar el vehículo.
“Las medidas internacionales han sido aumentar el costo de los combustibles, los mexicanos no podemos estar ajenas a esas medidas”, agregó.
Como un ciudadano informado, José Luis González arguyó que ahora el costo beneficio de un vehículo es cada vez más caro, y no es congruente que se vaya a París a firmar un Tratado para proteger el medio ambiente y luchar contra el cambio climático, y por otro lado “en apoyo a la sociedad se baje el precio de la gasolina para que se incremente el flujo vehicular y con ello la contaminación.”
Hoy las gasolinas son un producto que con la necesidad ha aumentado la oferta. “Las medidas son dolorosas, pero necesarias.”