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CIUDAD DE MÉXICO, 31 de diciembre de 2016.- El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, y la senadora Leila de Lima chocaron de nueva cuenta sobre la guerra contra las drogas en este país, cuyas muertes extrajudiciales duplican a las producidas por la policía, informa la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex.
La senadora recordó que detrás de las luces de las fiestas, están aquellos en duelo por la muerte de un familiar, un esposo, un amigo. ¿Cómo podemos celebrar si los asesinatos y la injusticia siguen proliferando en nuestro país?, dijo.
La presidenta del comité senatorial filipino de Justicia y Derechos Humanos cuestionó también a muchos de sus conciudadanos, a quienes no les preocupan los derechos de otros.
Junto con la llegada del año nuevo, deseo que los filipinos muestren más respeto y se preocupen más por los derechos de los otros, exhortó este sábado.
En contraste el presidente Duterte en su mensaje de Año Nuevo pidió a los filipinos ayudarlo en la lucha contra las drogas, la criminalidad y la corrupción, así como lograr paz y desarrollo para el archipiélago.
Pidió trabajar juntos a fin de atraer inversión y crear empleo, de manera que en el futuro cercano, ir a trabajar a otros países sea solo una opción y no una necesidad, en referencia al éxodo laboral de los filipinos hoy en día.
Pero alcanzar ese objetivo requiere de orden y seguridad en nuestras comunidades, subrayó el mandatario.
El combate contra las drogas que inició Duterte sigue la misma batalla que encabezó cuando gobernaba la ciudad de Davao, y se ha convertido en el principal tópico de su administración que coincide con el segundo semestre de 2016.
En esa cruzada las ejecuciones extrajudiciales son las que más han llamado la atención no solo de la opinión pública filipina sino internacional, con cuestionamientos inclusive de Naciones Unidas.
De acuerdo al sitio informativo philnews, desde el 1 de julio la Policía Nacional de Filipinas reportó seis mil 173 asesinatos, de los cuales, hasta el 18 de diciembre, dos mil 124 eran de sospechosos de narcotráfico y murieron a manos de las autoridades.
En contraste, al 15 de diciembre, los asesinados de forma extrajudicial o por los llamados vigilantes, sumaron cuatro mil 40, poco menos del doble de los muertos por la policía.
Una cifra proporcionada por el sitio electrónico philstar, ubicaba en cuatro millones de número de adictos a las drogas en este país de 103 millones de habitantes.