Teléfono rojo
Las ocho verdades.
Cuánta razón tuvo, creo que Albert Einstein, al afirmar que “No todo lo que cuenta puede ser contado. Y no todo lo que puede ser contado cuenta”
Sobre todo en estas circunstancias caóticas que nos envuelven y que nos quieren hacer creer que ellos tienen la razón de que lo que hacen cuenta. Porque cuenta. Cuenta o cuánto cuesta.
Clásica aberración política.
Lo que es cierto, es que en más de una vez en nuestras vidas nos enfrentamos a una situación difícil. Las complicaciones parecen acumularse y nos sentimos sin esperanza.
Es durante esos tiempos cuando debemos recordar ocho verdades universales y absolutas. Realidades mundiales que no debemos olvidar.
El dolor ayuda a crecer.
Lo que no te mata, te hace más fuerte.
El viejo refrán encierra esta verdad pero olvida mencionar una cosa: Para poder superar el dolor, debes abrazarlo y permitir que pase sobre ti.
Si intentas ignorarlo, perdemos una parte de uno mismo. Una parte con la que será muy difícil volver a conectar más tarde.
Acepta la dificultad, explora tu dolor, y cuando las olas se lleven la tristeza, habrás aprendido una lección de vida.
El miedo es una ilusión.
El miedo solo te fortalece si dejas que aparezca. Toma el control de tu miedo, no dejes que él te controle.
Te mantiene alerta en situaciones peligrosas. A menos que un daño físico pueda afectarte a ti o a tus seres queridos, debes mostrarle al miedo quien es el jefe.
Nada dura para siempre amor, dolor, problemas, éxito.
Todo es transitorio. Disfruta con alegría los buenos tiempos y acepta los malos, porque ellos también pasaran.
Las luchas no son más que etapas en tu camino hacia el éxito.
Cuando persigas tus sueños, recuerda que la paciencia no significa inacción.
Es mantenerse en el camino, y emplear cada lucha como un trampolín hacia tu objetivo. No va a ser fácil, pero inténtalo siempre.
Trátate a ti mismo con amabilidad.
Acéptate y convéncete de que lo haces lo mejor posible. Si tienes tendencia a la auto depreciación, considera como te sentirías si alguien más te dijese esas cosas.
Se bueno contigo mismo y empezaras a sentir la diferencia. Recuerda que también debes perdonarte.
Ningún logro es instantáneo.
Si pudieras tener todo lo que anhelas al instante, perderías tu impulso para crecer.
Las cosas que no crecen terminan, decaen y mueren. Ejercita la paciencia y disfruta del paseo.
Recuerda:
La vida es una aventura. Arriésgate y ganaras en creatividad y confianza.
Incluso si fallas un par de veces, levántate y vuelve a intentarlo, Sal de tu zona de confort y encontraras la verdadera felicidad.
Se humilde.
La humildad te hace comprender que los problemas no son tan difíciles como los percibes.
Ser demasiado confiado es tan malo como estar paralizado por el miedo.
Conócete y se capaz de darle un sentido de propiedad a tus logros, con claridad y siempre con humildad.
Pero, no creas en todo lo que te dice el gobierno. Por lo regular, siempre miente. Lo vemos, ahora.
Nos dice, el que se dice jefe, que todo va a estar bien. Pero no explica para cuándo y para quién.
Porque a casi a todos, nos va cada vez peor.