Poder y dinero
La Organización Civil Vibra México ha convocado a una gran marcha para el 12 de febrero en la Ciudad de México y en otras ciudades de la República, con el fin de protestar en contra del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump que ha emprendido una embestida contra un mundo plural, diverso, incluyente y cooperativo. Un embate contra los derechos humanos, el derecho internacional, la soberanía de las naciones y la seguridad global, según establece la convocatoria.
El llamado a la marcha, precisan las organizaciones es de y para las y los ciudadanos, sin importar ideología, filiación política, preferencia sexual ni religión. Detallan que es una expresión apartidista, pacífica y respetuosa para defender los derechos de todos y todas, exigir un buen gobierno, fortalecer las instituciones y celebrar el orgullo de ser mexicanos, apuntan los convocantes entre las que se encuentra Causa Común y Mexicanos Unidos contra la Corrupción y la impunidad.
La ausencia evidente de liderazgos políticos que tengan la capacidad de generar una organización que promueva una estrategia y agenda que busque la unidad nacional y obligue a las instituciones gubernamentales a defender los derechos e intereses del país y de sus ciudadanos en el exterior, como es el caso de la actual crisis de las relaciones de México con EUA, parece ser una coyuntura oportuna para las asociaciones civiles convocantes.
Está claro que la participación de las organizaciones civiles son clave para los partidos políticos por su vinculación con los grandes sectores sociales, en los cuales las estructuras territoriales tradicionales partidistas ya no tienen capacidad e influencia suficiente para definir los votos en las urnas, por ello habrá que monitorear puntualmente en los próximos meses a estas agrupaciones civiles y su vinculación con los denostados partidos políticos.
Sin embargo, la “revelación” de Mexicanos Unidos contra la Corrupción y la Impunidad, de los nexos de la fundación de Josefina Vázquez Mota con el gobierno federal ha provocado un hoyo profundo para su proyecto de participación electoral de la ex candidata presidencial panista en los próximos comicios de su entidad natal mexiquense.
Los supuestos apoyos económicos ocultos por casi 1000 millones de pesos para realizar sus actividades de ayuda a los migrantes mexicanos en EUA, pone otra a vez en la mesa de debates los artificios que hacen los partidos políticos para encubrir sus manejos oscuros de los recursos públicos y las pretenciones de denostar las actividades de las asociaciones civiles, particularmente en momentos en que la credibilidad de los partidos se encuentran en el nivel más bajo de su historia.
Es decir, es una realidad que la participación de las Asociaciones Civiles en las actividades políticas han debilitado su credibilidad como organizaciones ciudadanas y han acentuado sus divisiones.
Esta división se agudizó con la reducción de los recursos externos, con el acercamiento a los gobiernos y sobre todo, a la canalización de recursos públicos para obras sociales por medio de ellas reduciendo su autonomía, convirtiendo a la mayoría de las asociaciones civiles en apéndices del gobierno en turno o en organizaciones partidistas paralelas.