Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
La llamada desestabilizadora
En torno a la llamada que le hiciera Donald Trump, presidente de la nación más poderosa del orbe, bélicamente hablando, al presidente de nuestro país, Enrique Peña Nieto, mucho se ha dicho y especulado. En voz del vocero de la Presidencia de la República sabemos que no hay grabación ni versión estenográfica de la misma, pero que la conversación se dio. Los dimes y decires al respecto confunden pues van entre si el tono fue amenazante, desafiante y humillante, o bien fue amistoso, de colaboración y respeto. Dudo mucho que Donald sea condescendiente y respetuoso de México.
También se puso en la palestra el hecho de que hubo una filtración desde la Casa Blanca a conocida periodista y que ello abonó más a la guerra desatada por míster Donald contra México. Cierto, la filtración existió y desde la Casa Blanca por poderoso funcionario de la misma presente durante su desarrollo. La filtración logró el objetivo deseado desde Washington de vulnerar y desestabilizar más al gobierno mexicano que se ha mostrado demasiado cauto, confuso y expectante ante la embestida del conocido colorado del norte.
Sin duda alguna uno de los temas abordados en la secreta llamada fue el de la inseguridad y la violencia provocada por la creciente fuerza de las bandas del narcotráfico que han causado miles de muertos en México y miles de drogadictos en las calles de los Estados Unidos.
Se infiere, por lo filtrado, que Trump le dijo a Peña Nieto que si no podía con los narcos mexicanos, que introducen toneladas y toneladas de cocaína, heroína, cannabis y drogas sintéticas a su gran mercado de adictos a las sustancias fuertes, enviaría a sus tropas a combatirlos, a noquearlos, “pues no han manejado bien las cosas”. El vocero de presidencia mexicana reconoció que eso fue cierto, pero que el tono fue de colaboración y que el mandatario mexicano hizo ver que los grandes volúmenes de dinero para financiar al narco vienen de allende el río Bravo al igual que las poderosas armas con las que se enfrentan a nuestras Fuerzas Armadas. Insisto, queda en entredicho el tono de la misma y nunca lo sabremos como tampoco el contenido, por lo tanto especularemos a falta de certidumbre.
Independiente de los demás frentes de conflicto que ha abierto Trump en contra de México y los mexicanos, como son la migración y el comercio bilateral, el de la inseguridad es de vital estrategia, pues mientras debatimos sobre la ética e intención de las filtraciones los “hombres malos” avanzan en sus fines y objetivos.
Así a casi un mes de los ataques armados en Playa del Carmen y Cancún, en pleno corazón de la joya del Caribe, nada se sabe de los perpetradores y que son batallas entre tres cárteles que se disputan la plaza, al tiempo que diversos negocios de la industria turística han cerrado ya sus puertas en Playa del Carmen por el miedo a la inseguridad. Tampoco sabemos nada del ataque a una patrulla del Ejército por hombres fuertemente armados y blindados que sometieron a nuestros militares, allá por los rumbos de Sinaloa. Nada tampoco de los demás hechos violentos que se han acumulado en estas semanas. Tan sólo ayer 13 personas murieron en enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y los hombres malos escenificados en Sinaloa y Guerrero.
Creo, sí, que Trump, le pudo haber advertido a Peña Nietos “si tiene miedo tu Ejercito, mando al mío”. Lo que me niego a creer es que los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas, Ejército y Marina lo tengan. Los han combatido en todas las plazas y de diversas formas, aunque es evidente que la estrategia es la equivocada y la guerra se pierde. Los números así lo indican, pues en tanto la opinión pública se ha centrado en el contenido y tono de la llamada, uno de los principales diarios de circulación nacional, Reforma, ha informado en su primera plana que:
“El presente año inició más violento que nunca al registrarse durante el mes de enero una ejecución cada hora en promedio. Es decir un total de 832 personas fueron asesinadas en 197 municipios y delegaciones de 25 estados y la Ciudad de México en los primeros 31 días del año; o sea, 26.8 homicidios al día, indican datos recabados con base en información de autoridades estatales y la prensa local.
“La cifra implica un aumento de 63 por ciento con respecto a enero, cuando se registraron 509 asesinatos de este tipo, 323 homicidios menos que ahora. Si se toma en cuenta el promedio diario, enero también registra un aumento de alrededor de 62 por ciento con respecto a lo promediado en todo 2016: 16.7 ejecuciones cada 24 horas.
“El 2017 es el año más violento de la Administración de Enrique Peña y confirma la tendencia al alza en los homicidios vinculados con la delincuencia que se registra desde finales de 2015. Los datos reflejan la lucha que libran organizaciones criminales en puntos fronterizos como Tijuana y Ciudad Juárez, donde a diario se registran hechos de violencia como multiejecuciones, balaceras y levantones.
“Tijuana registró 30 ejecuciones, mientras que Juárez fue el Municipio con mayor número de eventos violentos de este tipo, con 44. Estas dos urbes, además de Chihuahua y Acapulco, superaron las 30 ejecuciones en este mes, es decir, al menos una diaria. Otros centros urbanos o turísticos como Manzanillo, Los Cabos, Chilpancingo y Mazatlán registraron entre 25 y 30 ejecuciones en el periodo mencionado”.
Concluye el diario en que “los datos revelan un fracaso de los despliegues federales y las estrategias de seguridad en estados como Guerrero, Michoacán y Veracruz, donde las ejecuciones presentan aumentos con respecto a enero del año pasado”.
Queda claro que, ciertamente, no podemos con los hombres malos y que urge un marco legal para que las Fuerzas Armadas sigan haciendo las tareas que los cuerpos policiacos civiles no pueden hacer.