Frente a la guerra/Felipe de J. Monroy
‘Ahogados’ por las deudas
El dueño de un negocio, al que llamaremos señor X para identificarlo, debía cuatro millones 500 mil pesos en 35 créditos diversos (préstamos personales, de nómina, tarjetas), que no sabía cómo pagar. Los bancos acreedores le llegaron a cobrar alrededor de 700 mil pesos mensuales como cobertura de capital e intereses. Su problema era insostenible, prácticamente todos los días debía pagar un crédito.
Ese señor tenía 17 tarjetas de crédito, muchas de las cuales le servían para financiar su negocio. Estaba fallando en una regla básica de la cultura financiera: nunca te endeudes de manera personal para apoyar a tu empresa.
Tuvo que pedir ayuda a un especialista y después de un proceso de reparación de sus créditos, pudo pagar en 26 meses sólo un millón 700 mil pesos de su adeudo original, mediante el ahorro de entre 80 mil y 100 mil pesos mensuales.
Otra persona, que llamaremos el señor Y, debía 100 mil pesos en tarjetas de crédito. Su problema es que no ganaba arriba de siete mil pesos mensuales y tenía que pagar a los bancos aproximadamente cinco mil pesos al mes, con lo cual casi todo su salario estaba destinado a enfrentar sus problemas con los bancos. Ya no tenía dinero ni para dar de comer a su familia, en algunas ocasiones. Su situación era angustiante.
También mediante un programa de reparación de crédito, en 16 meses pudo reducir su deuda de 100 mil pesos para pagar sólo 40 mil, con lo que obtuvo una reducción de la cifra original de 60 por ciento.
Estas son sólo dos historias, como las hay de miles de mexicanos que por problemas económicos tienen conflictos mayúsculos para pagar sus préstamos de nómina, de consumo o personales y que buscan ayuda con las reparadoras de crédito, instituciones financieras que cada vez tienen más presencia en el país, especialmente cuando los bancos tienen una tasa de morosidad de entre cinco y seis por ciento.
Normalmente se considera como tasa de morosidad de un crédito, la que tarda más de 90 días en pagarse. Si el tiempo transcurrido es mayor, las instituciones bancarias ceden su cartera a los despachos de cobranza y es aquí en donde se endurecen sus métodos de cobro para recuperar el dinero. Entonces empiezan los dolores de cabeza para los deudores.
Los bancos informan que sufren pérdidas de más de 60 mil millones de pesos anuales por concepto de recursos no cobrados en crédito al consumo de los mexicanos.
Javier Ruiz Galindo Gutiérrez es un experto en el tema de reparación de crédito. Informa de una cifra que puede resultar aterradora. Existen en México 25 millones de plásticos crediticios a nivel nacional, de los cuales sólo seis por ciento se usan correctamente por personas que pagan el total de su deuda en la fecha indicada por el banco, los famosos ‘totaleros’. Lo anterior refleja que el restante 94 por ciento de las personas viven apalancados con dinero que deben.
Lo que es peor, muchos mexicanos ni siquiera saben cuál es la tasa de interés que les cobran los bancos, que pueden variar entre 20% y 80 por ciento, con un promedio de 50 por ciento, simplemente porque no checan bien los estados de cuenta enviados por las instituciones financieras.
Ruiz Galindo Gutiérrez, fundador y codirector general de Cura Deuda (CD), empresa reparadora de crédito, subraya que en México no existe una adecuada cultura financiera, lo que provoca que, en muchas ocasiones, gran número de personas considera a la tarjeta de crédito como una extensión de su quincena. “A nivel escolar no existe educación financiera y a nivel familiar es tabú hablar de dinero”, agrega.
Destaca que la empresa que encabeza cuenta con el portal www.curadeuda.com, en el cual tiene una sección llamada Aprende, que tiene la finalidad de inculcar en el público la cultura financiera y la manera adecuada de utilizar los créditos obtenidos. Una tarea similar es realizada prácticamente por todos los bancos.
Menciona que su empresa, fundada en agosto de 2011, ha ayudado a liquidar aproximadamente 500 millones de pesos a clientes que tuvieron problemas de pago con los bancos y que en muchos casos obtuvieron descuentos hasta de 65 por ciento del monto que originalmente debían.
Cura deuda fomenta la cultura del pago, destaca, y atendemos las solicitudes de clientes que aún queriendo pagar, no pueden hacerlo, porque bajaron sus ingresos, tienen más gastos familiares o, incluso, perdieron su empleo.
Plantea que en base a una labor de negociación con los bancos, 95 por ciento de sus clientes pagan con descuentos de 65 por ciento del total de su adeudo, es decir, sólo liquidan el 35 por ciento del monto, en un plazo promedio de 16 meses.
Este tipo de sistema aplica para personas que adeudan más de 30 mil pesos en la totalidad de sus créditos y, siempre y cuando los clientes interesados no destinen más de 30 por ciento de sus ingresos mensuales al pago de sus deudas, porque de otra manera, se volverían insolventes en un momento dado.
Generalmente, los prospectos de clientes solicitan ayuda por medio de los teléfonos de la empresa y de su página de internet, en donde dejan sus datos de localización. En un promedio de 30 minutos hay respuesta de un ejecutivo de CD al prospecto de cliente.
Javier Ruiz Galindo explica que no se piden al cliente comprobantes de ingresos, sino que se hace énfasis en la cifra que puede ser ahorrada mensualmente por la persona para que la destine al pago de sus deudas.
Una vez que se llega a un acuerdo con la reparadora de crédito, esta se convierte en un intermediario entre el deudor y el banco, de tal manera que les son canalizadas todas las llamadas de cobro de los acreedores y sus despachos. La reparadora crediticia otorga asesoría a los interesados y negocia con los banqueros para obtener una quita importante del adeudo total.
Cuando se logra una reparación del crédito con el banco, el cliente pasa a buró de crédito bajo la clave 97, en la que se especifica en una subclave que obtuvo una quita de capital, después de lo cual tarda seis años en ser nuevamente sujeto de financiamiento.
“Atendemos créditos no garantizados, como son los de tarjetas de crédito, de nómina o personales. No atendemos financiamientos automotrices o hipotecarios, porque esos tienen como garantía el bien adquirido”, añadió.
Refiere que 98 por ciento de los clientes de CD muestran un índice de satisfacción por los servicios recibidos. “No tenemos letras chiquitas, somos transparentes”, enfatiza.
A cambio de sus servicios, CD recibe el pago de dos tipos de honorarios, el primero, de 10 por ciento respecto del descuento total que se obtiene y, el segundo, mensual de 0.5 por ciento de la deuda total ingresada al programa. La finalidad de CD es que el cliente logre el mayor ahorro posible de lo que la pagaría al banco.
Indica que el crecimiento de las reparadoras de crédito entre el público permitió que en 2014, 2015 y 2016, las solicitudes de CD, hayan crecido 65 por ciento, 62 por ciento y 150 por ciento, respectivamente y se espera que en 2017, esa cifra sea de 160 por ciento.
Yo considero que los créditos bancarios son una herramienta formidable para apoyar nuestra vida personal y laboral, pero se pueden convertir en el inicio de la debacle financiera personal si no se saben manejar adecuadamente. Por ello, las reparadoras de crédito han surgido como instituciones necesarias que pueden contribuir a tratar problemas de falta de pago que sufren millones de mexicanos.