Visión financiera/Georgina Howard
Toma decisiones
La mejor forma para no enfermarse, segun el medico brasileño Dráuzio Varella, es: no esconder nuestros sentimientos. Y da un remedio.
Emociones y sentimentos escondidos, o reprimidos, terminan en daños como: gastritis, úlcera. Dolores lumbares, en la columna.
Con el tiempo, la represión de los sentimentos degenera hasta el câncer.
Entonces seamos sinceros. Compartamos nuestra intimidad, nuestros “secretos”, nuestros errores.
El diálogo, hablar, la palabra, son un poderoso remedio y una excelente terapia.
Sí, como te lo pedimos: Toma decisiones.
La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana es hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.
Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más Dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.
No vivir de apariencias.
Quien esconde la realidad finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etcétera, acumula toneladas de peso…
Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino la farmacia, el hospital, el dolor.
El rechazo de sí mismo, ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo el núcleo de una vida saludable.
Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos.
Aceptarse. Aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.
Confie. Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona. No crea relaciones estables y profundas. No sabe hacer amistades verdaderas.
Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza, es falta de fé en sí, en los otros y en Dios.
El buen humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida.
La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive.
Porque el buen humor nos salva del médico. La alegría es salud y terapia.
Y no nos cobra.