Corrupción: un país de cínicos
Oaxaca sin memoria
Pues nada, que de pronto la señora Ana Vásquez Colmenares, actual titular de las Culturas y las Artes de Oaxaca (SECULTA) decidió que la cultura no es cultura y que la historia es olvido, en una concepción suya, particular, de cultura e historia como espectáculo, luz, color, sonido, utilidad, cargos y abonos, pérdidas y ganancias: todo antes que intensidad, reflexión, personalidad, identidad, creación, huella y trascendencia.
¿Quién es Ana Vásquez Colmenares? Y aquí, a la manera de Sócrates: “Habla para que yo te conozca”: “Estudié Ciencia Política en el ITAM y gané varias becas para estudiar las maestrías en Ciencia Política y en Comunicación en la Universidad de Columbia en Nueva York.
‘Estudié sobre medios de comunicación, política y marketing y extracurricularmente sobre imagen y moda. Cuando regresé a México, tuve la oportunidad de trabajar en el sector público y así comencé a asesorar a figuras de la política sobre posicionamiento y branding personal.
‘No soy maquillista, estilista o diseñadora de modas, ni publicista, periodista o fotógrafa, pero en mi carrera como consultora de campañas de comunicación y asuntos públicos, he trabajado con cientos de clientes en el manejo de su reputación e imagen.
‘Provengo de una familia política (mi padre y abuelo fueron gobernadores de Oaxaca) y viví “en el aparador” conviviendo con distintas personalidades y participando en eventos públicos. Por eso mi imagen y la forma en que contribuye a mi reputación se volvió importante para mí desde niña.
‘Desde entonces adquirí herramientas y habilidades que aún hoy utilizo, como: el arte de observar,
el arte de conversar con personas de distintos niveles sociales y culturales; el hablar varios idiomas, el vencer el miedo a hablar en público: el aprender a conocer mis “puntos fuertes” para ser una persona “fotogénica”; el arte de las buenas maneras, la etiqueta, el protocolo social y ceremonial, el arte de vestir apropiadamente de acuerdo a cada ocasión. Soy facebookera convencida, bloguera circunstancial y twitera apasionada.”
Eso es. Dice el proverbio latino que Quod natura non dat, Salmantica non præstat, que es decir, ‘Lo que la naturaleza no da, no lo otorga Salamanca’ y que es decir: el asistir a una universidad no puede darle a nadie lo que le negó la naturaleza. De este modo, ni la inteligencia, ni la memoria, ni la sensibilidad cultural e histórica se adquieren con sólo pasar por alguna universidad en el mundo.
Esa es la impresión que queda luego de que se conocen las grandes decisiones de la titular de Cultura y Artes en Oaxaca, nombrada por el nuevo gobernador, Alejandro Murat Hinojosa en una decisión más de amiguismo que de conocimientos o calidad de conocimientos para la función que habrá de atender con recursos públicos.
En días pasados la señora Vásquez Colmenares decidió suspender la adquisición de periódicos con los que se nutre la Hemeroteca del Estado de Oaxaca; un recinto cuya riqueza radica en la preservación de la memoria hemerográfica de nuestra histórica, nuestras huellas cotidianas, aciertos o errores y el retrato fijo de una sociedad presente para un futuro aún incierto.
Alimentarse de estas huellas permite certezas y evita errores; hace que una sociedad viva sus propias intensidades y permanezca a disposición del presente y del futuro en hombres y mujeres que mirarán a través de la ventana, que es la Hemeroteca, el depósito de nuestra vida, única e intransferible y ahí permanente a través de los años.
Así que en una decisión que raya en lo absurdo, suspende la integración de la sustancia vital para un recinto fundado el 22 de octubre de 1972 en los bajos del teatro Macedonio Alcalá y que guarda acervos que van desde 1868 y hasta finales del siglo XIX con periódicos fundamentales como El Ahuizote, Avance, El Mercurio, La Orquesta, El Hijo del Ahuizote, Oaxaca en México…
Y acervo del siglo XX con El Chapulín, La Voz de Oaxaca, Antequera, de la misma manera que contiene materiales que ya son historia de periódicos nacionales desde 1976; el periódico oaxaqueño Noticias de Oaxaca, desde 1976 y de El Imparcial, desde 1952. Todo está ahí. Lo que hemos hecho y dejado de hacer: la gloria y la tragedia de un estado y un país que tiene en su legado histórico la fuente de su cultura y su trascendencia…
Desconoce la señora Vásquez Colmenares que una de las principales finalidades de la Hemeroteca es la de garantizar el ejercicio del derecho a la información, la cultura y la lectura.
Corregir este error es indispensable. Porque habrá miles de Anas Vásquez Colmenares que atentarán a la cultura e historia de Oaxaca; pero por encima de ello, la historia y la cultura de Oaxaca permanecerán porque tiene raíces profundas y frondosas ramas aun presentes.
Y así como asesta este golpe a la Hemeroteca del estado de la que dependen 23 trabajadores, que son 23 familias y que día a día atienden a cientos de consultores estudiantes, investigadores, periodistas y a quienes ella no ha querido recibir, asimismo hace poco decidió la cancelación de la Orquesta Sinfónica del Estado de Oaxaca por considerarla “un lujo que Oaxaca no podía darse”.
¿Lujo? Esto en un estado esencialmente musical; una entidad en la que desde niños se nutre el sonido, el ritmo, la melodía, el compás y que en cada pueblo tiene a una o más bandas musicales propias en cada uno de los 570 municipios. Naturalmente esto muestra la falta de conocimiento de la entidad, de su comportamiento social, cultural y artístico… ¿Lujo?
Pues nada: Ahí otra vez se cumple el proverbio latino: Quod natura non dat, Salmantica non præstat. La señora sabe mucho de marketing, de imagen, de modas e idiomas, pero: ¿Por qué está ahí, en cultura y artes?