De norte a sur
Desde hace más de una década los medios de comunicación entraron en una especie de espiral a la que se vieron obligados por la aplicación de nuevas tecnologías y por las necesidades de mercado. Por necesidad tuvieron que transformar su forma de producir contenidos, de hacer coberturas informativas y de buscar mejores formas de comercialización, pues el mercado de la publicidad privada y gubernamental se fue a Internet.
Desde mediados de los años setentas, Gay Talasse, en su libro El Reino y el Poder, hablaba de esta transformación, pues el papel periódico es cada vez más escaso y más caro y cada día que pasa hay menos anunciantes, pero lo más grave, menos lectores. Aunado a ello, los miles de portales informativos de Internet y las redes sociales han venido afectar la credibilidad de muchos medios.
En días pasado, para ser más precisos el pasado lunes 20 de febrero, el Presidente Enrique Peña Nieto, se reunió en privado con directivos de medios de comunicación diarios, televisión, radio y portales digitales. Muchos de estos directivos son sumisos y lambiscones ante al poder público.
En el encuentro, en la residencia oficial de Los Pinos, se abordaron diversos temas, entre los que se encontró el aumento en el precio de las gasolinas y la relación con el gobierno de Donald Trump.
En la reunión participaron, entre otros, el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade; el vocero del gobierno federal, Eduardo Sánchez y el jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán.
En una publicación del Milenio, el periodista Joaquín López Dóriga, quien participó en ese encuentro, comentó que se habló de los distintos factores que generan incertidumbre en materia económica.
“Incertidumbre por el precio del petróleo, por el precio de la gasolina, por el tipo de cambio, por la negociación del TLC, por la relación con los Estados Unidos, por las decisiones de la FED, por las tasas de cambio y con la línea flexible del Fondo Monetario Internacional”.
En estos temas, en el que se conjuntan los miedos y la desolación, millones de compatriotas que viven al otro lado del río Bravo y la muralla fronteriza, cierran las puertas de sus casas y se envuelven en el silencio, queriendo hacerse invisibles, para no ser deportados por la migra.
Mientras tanto, periodistas de The New York Times y otros dos medios se les prohibió la entrada a la conferencia de Sean Spicer, vocero de La Casa Blanca, apenas el viernes pasado. La mala relación entre la prensa libre y la administración Trump se ha deteriorado aún más con esta acción.
El vocero solo le permitió la entrada a ciertos reporteros y periodistas de algunos medios de comunicación seleccionados y aprobados por La Casa Blanca. Algunas organizaciones a las que sí se les permitió la entrada fueron Breitbart News, One America News Network y The Washington Times, todas estas tienen un corte conservador. Periodistas de ABC, CBS, The Wall Street Journal, Bloomberg y Fox también se les permitió entrar.
Reporteros de The Associated Press y la revista Time decidieron no entrar a la comparecencia de Spicer a manera de protesta por las acciones contra sus colegas de CNN y el The New York Times. “Nunca había pasado algo como esto en la Casa Blanca en nuestra larga historia de cubrir distintas administraciones de distintos partidos”, declaró Dean Banquet, la editora ejecutiva de The New York Times.
Las acciones de la Casa Blanca de vetar a ciertos medios de comunicación se contradicen con las palabras de Sean Spicer en una entrevista para Político (uno de los medios afectados por la determinación) en diciembre del año pasado. Casa Blanca excluyó hoy el acceso de algunos de los más prestigiados medios informativos de Estados Unidos, incluidos CNN, The New York Times, Los Ángeles Times y Político a una sesión informativa del portavoz presidencial Sean Spicer.
En contraste permitió la entrada a medios de orientación conservadora como Breitbart News, Fox, One América News y el diario The Washington Times, así como a las cadenas ABC, CBS, NBC, Bloomberg, Time y AP, sin embargo, estos dos últimos declinaron la invitación en solidaridad con los medios excluidos.
“Lo que la Casa Blanca hizo fue seleccionar a los medios que querían para esta sesión informativa (…) medios que quizás la Casa Blanca siente son más favorables (…). Es desafortunado”, reportó la corresponsal de CNN en la Casa Blanca, Sarah Murray.
La cadena CNN provocó la molestia de la Casa Blanca cuando reportó el episodio de que Rusia tenía información comprometedora sobre Trump. Apenas este jueves reportó que la Casa Blanca pidió al FBI desmentir las historias de los contactos de los colaboradores de Trump con Rusia.
“Claramente (la Casa Blanca) no quería que CNN estuviera allí”, comentó Murray. Otros medios excluidos fueron Daily Mail, New York Daily News y BuxxFeed.
La sesión informativa informal, conocida como gaggle, sustituyó al encuentro formal regular del portavoz presidencial con los medios, conocido como briefing, donde se permita la entrada a reporteros, camarógrafos y fotógrafos al cupo de la sala de prensa James A. Brady.
El incidente se produjo una hora después de que el presidente Trump renovó sus ataques contra la prensa estadounidense, en el marco de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC).
“No estoy en contra de los medios. No estoy en contra de la prensa. No me importan los malos reportajes si me los merezco (…), pero estoy en contra de las noticias falsas (…) estoy en contra de las personas que inventan historias y fuentes”, dijo el presidente. Señaló también que no se debería permitir que los medios informativos usen fuentes a menos de que éstas acepten aparecer con sus nombres en los reportajes. A lo largo de sus apariciones, desde su campaña presidencial y ahora como mandatario, Trump ha caracterizado a los medios informativos como enemigos del público estadunidense.
Como se ve es tierra de contrastes, entre un país y otro. Mientras en México se da la sumisión allá se da la rebeldía y la independencia editorial.