Surge la Marilyn Cote de Querétaro
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de marzo de 2017.- Al criticar que la legislación mexicana está asida al irracional argumento que dice que nadie puede oponerse a las leyes del país, incluso si éstas arremeten contra la vida y la dignidad de las personas, la Arquidiócesis de México advirtió que se vulneran los derechos humanos de los ministros de culto.
A través de su editorial Desde la fe, titulada Libertad religiosa en moderna laicidad, la Iglesia tras 25 años desde que en 1992, los artículos 3, 5, 24, 27 y 130 de la Constitución fueron reformados con el objetivo de “modernizar” las relaciones con las iglesias, «México concibe una realidad plural y distinta, que obliga a una revaloración de las relaciones Estado-Iglesias y la legislación correspondiente para que sean afines al nuevo marco legal del respeto a los derechos humanos como condición necesaria de la democracia».
Señaló que se requiere de una revisión al derecho de libertad religiosa y la actualización de la Ley de Asociaciones Religiosas que parece anquilosada.
La Arquidiócesis indicó que, por ejemplo, el artículo 130, inciso e) de la Constitución, somete a los ministros de culto para ponerlos en una condición infame y lesiva al prohibir su legítimo derecho de asociación.
«Los absurdos preceptos, fruto podrido de laicismo, consideran “justo” privar, a ciudadanos mexicanos que han optado por un ministerio, del derecho de opinión, arrinconándolos y etiquetándolos más abajo que ciudadanos de segunda. A pesar de que se nos ha vendido la idea de gozar de un régimen de libertades y respeto de la pluralidad, la verdad es otra. En México se vulneran los derechos humanos de los ministros de culto», sentenció.
Puntualizó que la legislación internacional de derechos humanos reconoce, como condición indispensable de la libertad religiosa, que cualquier persona pueda argumentar razones de conciencia y de religión contra cualquier ley injusta e inmoral lesivas de sus convicciones más íntimas.
«En este laicismo, México vive una condición hipócrita al atentar contra el justo derecho de los padres para que sus hijos reciban educación religiosa en las escuelas. Y es hipócrita porque la ideología de género y lobby gay pretenden introducir en las aulas ideas nocivas y contrarias a las convicciones de millones en desacuerdo con esta imposición ideológica. Efectivamente, en este país no existen garantías para lograr la educación integral y libre conforme al derecho de los padres de familia».
Dijo que a 25 años de aquellas reformas, el panorama está listo para debatir en los temas pendientes de libertad religiosa.