Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de marzo de 2017.- ¿Cuántos pasos han dado quienes buscan a sus seres queridos desaparecidos? Su andar parece invisible, pero deja huellas. Sus suelas se hunden con la angustia de la inquietud aunque también marcan la decisión, la voluntad de buscar y no descansar hasta encontrarlos.
Esos zapatos que nunca se han detenido en Latinoamérica, se van ahora a caminar por Europa, se añadió en un comunicado.
Huellas de la Memoria, proyecto artístico que rescata la búsqueda de familiares de personas desaparecidas, inicia una gira por aquel continente con exposiciones en galerías e importantes centros culturales de nueve ciudades: Londres y Gales (Reino Unido); París y Niza (Francia); Florencia, Roma, Verona, Padua y Turín (Italia); Berlín y Nüremberg (Alemania).
Además, de las fechas pactadas del 20 de marzo al 15 de julio, está por confirmarse exposiciones en Holanda y España, durante los meses de agosto y septiembre.
El 10 de mayo del 2013, el escultor mexicano Alfredo López Casanova inició el proyecto Huellas de la Memoria con el objetivo de hacer visible el andar incansable de quienes buscan en México a un ser querido que ha sido desaparecido.
Para ello, pidió a familiares que le entregaran un par de zapatos gastados, usados en la búsqueda, y un texto de composición libre. Con las palabras de quien busca, grabó la suela del zapato y lo transformó en un sello que marca el paso de su sentir: un sello que imprime cada paso con tinta verde, color de esperanza.
En pocos meses, recibió decenas de pares de zapatos: los familiares confiaron en su proyecto. El 9 de mayo de 2016 se montó la primera exposición en el Museo Casa de la Memoria Indómita, sede de la organización Comité ¡Eureka!, de madres y familiares de desaparecidos por razones políticas desde la década de los años 70.
Huellas de la Memoria se transformó entonces en un esfuerzo colectivo voluntario, sin financiamiento y sin fines de lucro, en el cual participan de manera entusiasta varias personas. Entre todos graban las suelas, ordenan material, sistematizan información y organizan exposiciones.
A medida que el proyecto se ha difundido, familiares de otros países enviaron sus zapatos y el colectivo cuenta ya con más de 150 pares que provienen de Honduras, Argentina, Guatemala, El Salvador y Colombia.
Durante 2016 y comienzos de 2017, la muestra Huellas de la Memoria se ha expuesto en Ciudad de México, Chihuahua, Saltillo, Torreón y ahora, una parte, se encuentran en exposición en León, Guanajuato.
Aunque la intención inicial era seguir mostrándola dentro de México, aceptaron las invitaciones del exterior a pedido de las madres de desaparecidos, explican los integrantes del grupo:
“Nos pidieron ir fuera del país para denunciar lo que pasa aquí. Las mamás quieren que en Europa se conozca la crisis humanitaria que está sufriendo México”.
Ya que Huellas de la Memoria no cuenta con fondos propios, cada parada de la gira es auto-gestionada por las personas y organizaciones locales convocantes.