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CIUDAD DE MMÉXICO, 31 de marzo de 2017.- La Universidad Iberoamericana Ciudad de México fue sede de una carrera de drones del Circuito 1 Serie 2017 Centro-Sur de FPV Racing México, que sirve para clasificar a los mejores pilotos del país al Campeonato Nacional.
La justa, se añadió en un comunicado, se realizó gracias al vínculo entre el Club Ibero Drone y FPV Racing México, que con anterioridad ya habían organizado vuelos conjuntos dentro del campus universitario.
En el Circuito 1 Serie 2017 Centro-Sur participaron 19 pilotos (Érick Hernández fue el único representante de la IBERO), quienes como parte de esta carrera de velocidad debieron dar tres vueltas al trazado aéreo.
Los estudiantes de Ingeniería en Mecatrónica y Producción de la IBERO, Diego Trejo Romero y Joaquín Aguerrebere Gutiérrez, líder y miembro fundador del Club Ibero Drone, comentaron que observar cómo se organizó la carrera les permitirá llevar a cabo sus propios eventos en la Universidad.
Para el Club Ibero Drone tienen planeado, a futuro, conseguir recursos para comprar microdrones equipados con first person view (FPV), que son cámaras para volar similares a los googles de realidad virtual. “Queremos comprar varios de esos drones para que los miembros del club se vayan acostumbrando a volar desde esa perspectiva”.
Aprender jugando
Ambos alumnos reconocen que volar drones les ayuda a aprender en la práctica, a través del juego, diversos conceptos de ingeniería, por ejemplo, antenas, microprocesadores, sistemas de control, tensores, potencia y radiofrecuencias.
“Es ver la teoría en directo. Y aunque no estudiamos ingeniería en telecomunicaciones hemos aprendido bastante de interferencias, de lo que ocurre cuando al volar drones se tienen dos frecuencias distintas”, comentó Joaquín.
Club Ibero Drone tiene ya semestre y medio de existencia. Su principal actividad es organizar prácticas de vuelo de drones y alas fijas, que se efectúan los jueves a las 11 en la cancha de beisbol de la IBERO.
“La mayoría de los estudiantes que vienen son de electrónica, pero también hay de otras licenciaturas, como filosofía, física, diseño y comunicación; a los de esta última carrera les gusta mucho volar porque aprovechan para fotografía la IBERO desde las alturas”, añadió Diego.
Diego y Joaquín reconocen que volar drones no es difícil, sólo se necesita práctica y perseverancia. Lo que sí requiere es mucho tiempo y dedicación. Joaquín explicó:
“En radio control el proceso para algo que vuela es: lo armas, lo vuelas, lo rompes, lo arreglas. Mucho del hobby de radiocontrol es estar metido en los elementos, ver qué sucede, por qué pasaron las cosas, cómo arreglar un problema”.