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CIUDAD DE MÉXICO, 6 de mayo de 2017.- En la Ciudad de México sí hay presencia de la delincuencia organizada, pero a diferencia de otras entidades, aquí se manifiesta de manera distinta, asegura a Quadratín México el periodista José Reveles.
“Por supuesto que la delincuencia organizada tiene presencia en la Ciudad de México, así como en todo el país, pero se manifiesta de manera diferente.
«La ciudad ha servido como ciudad santuario para los capos porque es obvio que aquí han sido capturados algunos de ellos, se han encontrado laboratorios de droga sintética, dinero, armas, hasta en residencias de las Lomas, igual que en Tlalpan y cerca de Neza, por Iztapalapa”, explica.
Reveles es consultado sobre las declaraciones del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, quien posterior a la detención del capo del Cártel de Sinaloa Dámaso López Núñez, en la colonia Anzures, afirmó que la capital no es un centro de operación de la delincuencia organizada, pero admitió que sí es un centro de logística y de finanzas de dichas organizaciones.
“Es una urbe tan grande que es capaz de albergar a gente fugitiva, cuando Javier Duarte estaba prófugo yo pensé que estaba aquí en el DF porque es fácil. ¿Dónde te ocultarías? En el DF”, dice.
El también autor del libro El Cártel Incómodo apunta que en la capital la delincuencia organizada no se expresa a través de escuadrones de gente armada, como ocurre en Tamaulipas, Veracruz, Guerrero o Michoacán, y ello se debe a que en la ciudad hay mucha vigilancia, con alrededor de 80 mil policías, y miles de cámaras distribuidas en la capital.
Pero delitos cometidos por la delincuencia organizada sí hay en la Ciudad de México, como son el narcomenudeo o el secuestro. Asimismo, hay zonas donde la criminalidad se asienta de manera más visible, como es la Central de Abastos (CEDA).
“Hay prostitución infantil, de la otra, hay trata de personas, secuestro, tráfico de drogas en gran escala porque te imaginas cuántas toneladas y autobuses pasan por ahí”, añade.
Fue precisamente en la Central donde se dio el repunte del secuestro desde los tiempos de Daniel Arizmendi alias El Mochaorejas, quien en 1997 privó de su libertad y asesinó a Raúl Nava Ricaño, hijo del empresario de la CEDA Raúl Nava y de Josefina Ricaño, esta última, a la postre se convirtió en fundadora y presidenta de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), recuerda el autor del libro Las Historias más Negras.
Reveles recupera otras manifestaciones del crimen organizado en la capital mexicana, ocurridas durante el sexenio de Felipe Calderón, cuando el entonces subprocurador, José Luis Santiago Vasconcelos fue amenazado, algo que también se especuló ocurrió con el propio primer mandatario.
“Me da pena citarlo porque está muerto y parecería que no se puede defender, pero sí hubo versiones de José Luis Santiago Vasconcelos, de que hubo intentos de matarlo, que se armó un comando y que lo iba a atacar llegando a su casa por el sur, por el Pedregal, ese tipo de cosas se dieron.
«Otro rumor es que atentarían contra él, es el propio Calderón, mandó a revisar el avión [que usaría] y ahí mismo dio conferencia, dentro del avión, diciendo que no temía a los ataques, era más mediático el asunto”.
Otras manifestaciones
Se le pregunta a Reveles sobre si actualmente también se pueden ver manifestaciones de la delincuencia organizada en otras zonas como son las colindancias con los estados vecinos, que son México y Morelos.
“Sí los hay, Iztapalapa normalmente ha sido así, en zonas de la Gustavo A. Madero también se da ese fenómeno, es por las orillas, por la zona de Tlalpan en la colindancia con Morelos. ¿Por qué? Porque es muy fácil transitar de un estado a otro, cometer un delito allá y traérselo para acá, por ejemplo el secuestro, puede ser delito interestatal y el DF sí se presta geográficamente.
“Hay delincuencia en todos lados y acá en la Ciudad de México también. No vas a encontrar un escuadrón de gente enmascarada por una calle, pero sí incluso delincuencia de los extremistas que en las manifestaciones atacan a los manifestantes y que van enmascarados, los anarcos”, concluye.