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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de mayo de 2017.- Aunque en muchos países la probabilidad de un megadesastre se ha reducido en los últimos tiempos gracias a las políticas públicas y mejorías en sistemas de alerta temprana, la vicesecretaria general de las Naciones Unidas, Amina Mohammed, admitió que todavía falta mucho por hacer en los países de renta baja.
“No pueden continuar las pérdidas humanas ni económicas en los niveles actuales si queremos tener avances”, expresó al referir que anualmente los desastres tienen un costo de 520 mil millones de dólares a la economía global y lleva a 26 millones de personas a la pobreza.
Esto puede acabar con el Producto Interno Bruto (PIB) de países pobres de la noche a la mañana y hacer que muchas gente pierdan sus pertenencias. Haití, por ejemplo, perdió el 120 por ciento de su PIB como resultado del terremoto de 2010 y el 32 por ciento tras el embate del huracán Matthew en octubre del año pasado.
En su intervención, durante la ceremonia de Apertura de la Plataforma Global Reducción del Riesgo de Desastre 2017, la representante de la ONU destacó que México es un líder en lo que respecta a la materia, pues desde 1985, después del terremoto, ha tenido grandes avances en sistemas de alertas sísmicas y la gestión de fenómenos hidrometeorológicos.
El Huracán Patricia que amenazó la costa del Pacífico mexicano no tuvo gran impacto debido a las acciones oportunas de las autoridades que jugaron un papel importante para reducir las pérdidas, subrayó.
Sin embargo, al adoptar el Marco de Sendai, los Estados miembros reconocen que falta mucho por hacer particularmente en los países subdesarrollados que sufren de los desastres en términos de las vidas y pérdidas económicas.
Reiteró que esta organización internacional tiene como mayor prioridad la prevención de conflictos, de los efectos de desastres naturales, así como otras amenazas a las sociedades ocasionados por la actividad humana o negligencia.
“La mejor manera de prevenir es abordar las causas mediante un desarrollo incluyente y sostenible”, señaló al referir los Objetivos contenidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible como un anteproyecto en la ruta hacia un mundo de paz y dignidad humana.
Añadió en otro objetivo que la erradicación de la pobreza es otra de las prioridades generales y los derechos humanos, desde una perspectiva de que nadie debe quedarse atrás.
Desde 1994 se han realizado diversos esfuerzos regionales y mundiales sobre la reducción de riesgos de desastres. Se pasó del Marco de Acción de Hyogo en 2005 al establecimiento en 2006 de la Plataforma Global para la Reducción del Riesgo de Desastre 2017 reconocida por la ONU, la cual se ha convertido en un espacio de diálogo e intercambio que reúne a Jefes de Estado, altos funcionarios gubernamentales, así como a líderes del sector privado, la ciencia y la sociedad civil para el asesoramiento estratégico y la revisión de avances sobre la materia.
Y cada dos años se lleva a cabo una reunión en Ginebra, Suiza, para avanzar en la implementación de nuevas políticas, compromisos, acciones, estrategias y nuevos enfoques para trabajar en los objetivos: reducir el riesgo de desastres y fomentar la cultura de la prevención, a fin de alcanzar comunidades y naciones más resilientes.
Este año, la Plataforma Global se realiza en Cancún, Quintana Roo, del 22 al 26 de mayo, con la participación de 182 países que buscarán alcanzar nuevos acuerdos y retos.